A pesar de que la sexta ola de covid ya remite en Aragón, la DGA no quiere que en las residencias (donde hay ahora 58 brotes) se perciban más efectos de la situación epidemiológica y por eso ha vuelto a modular las medidas de protección de los mayores. Entre ellas destaca la recomendación de que, en el caso de salidas a domicilios particulares, los residentes lo hagan a aquellos donde «la mayoría» de las personas hayan completado las pautas de vacunación. Es una recomendación, pero desde la DGA la toman como algo fundamental para evitar cualquier opción de que el virus entre en las residencias.

«La vacunación ha sido la esperanza total para estos centros. Ha sido un cambio radical», señaló ayer la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales de la DGA, María Victoria Broto.

Cuando los usuarios regresen tras estar unos días con la familia deberán llevar la mascarilla durante tres días en los espacios comunes y en la realización de actividades. De hecho, el uso del cubrebocas vuelve a tomar impulso en las residencias porque, según el nuevo control, se vuelve a recomendar para varias situaciones a los residentes inmunizados. Por ejemplo, es aconsejable llevarla cuando tengan «un contacto estrecho y directo» con los trabajadores o prestadores de servicios o cuando tengan relación directa «en el interior con otros residentes que no formen parte de su unidad convivencial», según la DGA. De igual modo se recomienda durante el desarrollo de visitas en el centro, ya sean en el interior como en el exterior.

Por su parte, todos los residente no vacunados deben llevar la mascarilla de manera obligatoria en todo momento.

Aragón tiene ahora 58 brotes en residencias

En el caso de que se produzca un brote de covid en algún centro, la DGA señala que solo se permitirán las visitas a las personas que ya tengan la pauta completa de inmunización. En cualquier caso, aunque no exista un brote como tal, desde el Ejecutivo se hace esta misma recomendación a los familiares que acuden a ver a sus seres queridos con el fin de minimizar cualquier riesgo. En estos momentos y como consecuencia de la sexta ola, en las residencias de Aragón hay 58 brotes de covid con 269 usuarios y 80 trabajadores contagiados, unas cifras muy elevadas si se comparan con la situación anterior al estallido de la nueva onda.

Por otro lado y con el fin de evitar cualquier transmisión, la nueva resolución hace hincapié en la necesidad de formar unidades convivenciales dentro de cada centro. Además, la DGA ha distribuido 10.000 test de antígenos y se mantiene la obligatoriedad de que los trabajadores no vacunados se hagan pruebas cada 72 horas. «Es una cuestión de responsabilidad social y colectiva», dijo Broto. «Lo que se ha tratado de hacer siempre es mantener el equilibrio entre el bienestar de la persona, tratando de que tengan que volver a sufrir aislamiento, y la protección de la salud», añadió la consejera.

El centro covid de Casetas por fin puede abrir como residencia

Después de haber atendido a 1.069 personas durante los 14 meses en los que prestó servicio para atender a mayores contagiados de covid, el centro de Casetas por fin abrió este lunes sus puertas como residencia privada, bajo el nombre de Los Maizales III. Con este fin asistencial fue concebida, pero la pandemia trastocó los planes y la instalación, tras la cesión por parte de los propietarios, fue requerida como espacio para atender a residentes contagiados. «Fue un momento complicado y muy difícil, de un enorme caos, en el que teníamos que tomar decisiones rápidas y para el que necesitamos infraestructuras preparadas y de calidad, como era el caso de este centro», recordó ayer la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales de la DGA, María Victoria Broto.

Con capacidad para 125 residentes y otras 30 plazas para estancias diurnas, los ingresos se van a ir realizando de forma paulatina y esta semana, según señaló la gerente del centro, Gemma Agustín, tienen programada la entrada entre 20 y 25 personas. «Serán atendidas en una primera fase por diez trabajadores, que se ampliarán a 72 una vez el centro esté completo», dijo. «Se trata de un modelo de atención basado en la persona, con unidades de convivencia independientes, como si fueran pequeñas residencias dentro de una residencia», añadió.

Cuenta con salones, comedores y offices cocina que permiten a los residentes «una estancia autónoma» dentro del complejo. «Cambiamos la hoja de ruta con el estallido de la pandemia. No se dudó en colaborar», recalcó Agustín. «Nunca se olvidará cuáles fueron los comienzos de este centro de Casetas, conocido por todo Aragón, y que ha sido una luz en medio de la oscuridad en muchos momentos», añadió Broto, quien recordó además que también prestó una planta al hospital Clínico de Zaragoza para la hospitalización domiciliaria de pacientes. En ella se atendieron a 132 personas en proceso de recuperación.

Como espacio covid cerró el pasado 30 de junio y durante la crisis del covid apenas estuvo cerrado 15 días: entre el 29 de junio de 2020 y el 15 de julio de ese mismo año. A partir de entonces y fruto de la sucesión de olas en Aragón, la instalación ha estado operativa de manera ininterrumpida. La edad media de las personas que pasaron por el centro fue de 82 años y el 66% de quienes estuvieron allí fueron mujeres.