Agentes de la Policía Nacional han llevado a cabo un operativo contra una nueva modalidad delictiva bautizada como hackstorsión en el que han sido detenidas diez personas. Los arrestados publicaban anuncios en los que ofrecían servicios de hacker para espiar aplicaciones de mensajería, cuentas de correo electrónico, eliminación de deudas pendientes con Agencia Tributaria, eliminación de multas de la DGT o cambio de notas en servidores de Universidades, entre otros.

Una vez que las víctimas contrataban estos servicios, los detenidos los extorsionaban con la amenaza de revelar contenidos de su ámbito privado o íntimo, algo que llegaban a hacer si no abonaban los pagos que les pedían. Durante la investigación se practicaron registros en Zaragoza, Barcelona, Girona, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, en los que se intervinieron 40 terminales de telefonía móvil, 17 discos duros, 3 ordenadores, 5 tablets y 24 pendrives. Además han sido intervenidos 176.775€ del dinero enviado por las víctimas. 

La investigación es fruto del ciberpatrullaje activo desarrollado en redes sociales y fuentes abiertas de información en Internet. Los agentes especializados detectaron un auge de anuncios en los que sofisticados hackers ofrecían diferentes servicios informáticos. 

Los agentes pusieron en marcha un dispositivo policial para la investigación de dicho fenómeno delictivo desconocido hasta el momento. Las gestiones realizadas lograron identificar más de 12.000 anuncios de este tipo y, asociados a dichas publicaciones, se encontraron más de 40 números de teléfono, más de 200 cuentas de correo electrónico y casi 1.300 direcciones IP de conexión a Internet. Esto supone la comisión de delitos de estafa, extorsión y descubrimiento y revelación de secretos.

Los agentes iniciaron cinco investigaciones independientes en las que se detectó el empleo de un mismo modus operandi: captar a los clientes a través de la publicación de los anuncios, exigir el pago por adelantado del importe pactado completo o de una parte y solicitar datos sensibles del propio interesado o del sujeto al que se pretendía espiar o vulnerar su intimidad.

Tras el pago de la cuantía pactada, el contacto se interrumpía de forma abrupta incumpliéndose lo acordado y no facilitando motivo alguno. Cuando la víctima pretendía espiar las redes sociales o aplicaciones de mensajería de otra persona, se reanudaba

Entonces, el falso hacker escribía a quienes le habían contratado, pero ahora solicitando nuevas cantidades de dinero bajo la amenaza de revelar el trabajo que les habían encargado. Para ello, mostraban a los clientes capturas de pantalla de las conversaciones mantenidas en las que solicitaban dichos servicios y facilitaban la información que se les iba requiriendo. 

Aunque las víctimas abonaran las cuantías económicas exigidas, los detenidos seguían demandando nuevos pagos, hasta que las mismas se resignaban a asumir el daño derivado del descubrimiento de sus intenciones. Una vez que la víctima se negaba a realizar más pagos, los falsos hacker cumplían su amenaza y contactaban con la parte a la que pretendían espiar, llegando a ofrecer a esa tercera parte la información

Las investigaciones han detectado 21 cuentas bancarias empleadas por los falsos hackers para recibir el dinero enviado por las 430 víctimas identificadas. El importe total de los cinco focos investigados es de 341.000 euros.

En los operativos policiales de Zaragoza, Barcelona, Girona, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria se ha detenido a 10 presuntos autores de los delitos investigados y se han practicado entradas y registros domiciliarias, fruto de las cuales se han intervenido 40 terminales de telefonía móvil, 17 discos duros, 3 ordenadores, 5 tablets y 24 pendrives. Además de 176.775 euros del dinero enviado por las víctimas.