De nuevo un acto religioso copaba todo el protagonismo este miércoles en Huesca en una segunda edición de las no fiestas de San Lorenzo en la que todos llaman a la responsabilidad y ahora, tras las primeras jornadas iniciales con una habitual afluencia de gente en las calles y sin apenas incidentes, confían en que lo más complicado ya se haya superado. Ahora se prevé que el número de visitantes vaya a la baja y el ambiente se relaje, mientras siguen dándose pasos en el escueto programa diseñado para este año y felicitando a los oscenses por su buen comportamiento desde el ayuntamiento. 

Este miércoles era el Día de la Cofradía de San Lorenzo de Huesca, que se celebró con la tradicional misa solemne en la basílica dedicada al santón, patrón de la ciudad, y contó con la participación musical de la Agrupación Folclórica Santa Cecilia, cofrade de Honor de San Lorenzo desde hace más de tres décadas. Un acto religioso que despertó la habitual «emoción» entre los oscenses y, en especial, entre los 750 cofrades que componen esta entidad, que mantiene el número de miembros en el tiempo, según detalló su priora, África Moyano. «Es una tradición muy antigua, que se remonta al año 1200, cuando el rey Jaime II vino a Huesca el día de San Lorenzo y la jornada siguiente celebró una reunión de cofradía», relató. Es el acto religioso que más feligreses atrae con motivo de las fiestas de San Lorenzo después de la misa pontifical del 10 de agosto.

Miembros de la peña Los Casaus, durante el almuerzo de por la mañana en las ‘no fiestas’. PEÑA LOS CASAUS

En este sentido, Moyano aseguró que a pesar de que este es el segundo año consecutivo en el que se han suspendido las fiestas de la ciudad, «no hay que perder la esperanza». Y, por otra parte, indicó que desde la cofradía trabajan para seguir las enseñanzas del santo, «asistir con ayuda física y económica a la parroquia y a los pobres que están alrededor de ella», en su caso los de las Conferencias de San Vicente de Paúl.

Mientras, desde el ayuntamiento era el concejal del área de Fiestas, Ramón Lasaosa, quien agradecía a los oscenses el comportamiento responsable de estos días y remarcó que «no ha habido más incidentes de los que podría haber habido un fin de semana de verano, con alguna propuesta de sanción por no respetar el toque de queda o por conducir bajo los efectos del alcohol». Respecto a la tristeza por no tener festejos, respondió que «a veces vamos un poco al límite y nos gustaría hacer más cosas, que es lo que nos han demandado estos días por la calle, como por ejemplo charangas, pero hay que esperar al año que viene».

Lasaosa recalcó ese sentimiento laurentino tan arraigado en Huesca para sobrellevar estos tiempos difíciles y, pensando en el futuro, abrió la puerta a reflexionar sobre la programación en la vuelta a la normalidad, de cara a cubrir los gustos musicales del público que se sitúa en la franja de edad comprendida entre los 55 y 65 años, que consideró que no está tan atendido como el de la gente joven y los mayores. Aboga por mantener las verbenas, conciertos, actuaciones, la parte cultural o la presencia en la calle, pero «hay que darle una vuelta a la programación y a la ubicación de escenarios», afirmó.