El sector hostelero será el último en dejar atrás la crisis a tenor de la evolución de la pandemia. En Aragón, un total de 2.315 empresas ligadas a esta actividad aplican todavía expedientes de regulación de empleo (erte), según los datos que maneja CCOO en Aragón, que este jueves presentó un informe sobre la situación del turismo en la comunidad. Los establecimientos de bebidas aglutinan buena parte de los erte del sector, con 918, seguidos por los restaurantes y puestos de comida, con 692 expedientes. Otros 524 proceden de hoteles y alojamientos similares; 90 de otros servicios de comida; 41 de provisión de comidas preparadas para eventos; 29 alojamientos turísticos y otros alojamientos de corta estancia; y 18 campings y aparcamientos para caravanas.

Otra cifra que también avala la tesis de una recuperación más lenta en la hostelería es que la afiliación media a la Seguridad Social ha pasado de 40.511 personas en 2019 a 33.818 en el primer semestre del 2021. Se trata de un 16% menos, a pesar del fuerte impacto que la crisis ha tenido en miles de negocios.

El informe, que fue presentado por la secretaria general de la Federación de Servicios de CCOO en Aragón, Marta Laiglesia, y el secretario de Organización, Gerardo Montori, también muestra datos como los del personal ocupado en hoteles aragoneses, que pasaron de 3.648 trabajadores en junio de 2019 a 2.622 en el mismo mes de este año, es decir, un 28% menos. Los datos demuestran que los erte «han permitido amortiguar el impacto de la crisis» y mantener en buena medida el número de afiliados a la Seguridad Social, señaló Montori. 

Pagos en 'b’

El sindicato también incidió en la desigual evolución de la actividad en el sector turístico. Así, mientras los cámpings, los apartamentos turísticos y los establecimientos de turismo rural han mantenido datos «aceptables» en los periodos estivales, los hoteles no han conseguido acercarse a cifras previas a la crisis.

A pesar de que los erte se han convertido en una herramienta eficaz para paliar los efectos de la crisis, CCOO apunta que muchos empleados de bares y restaurantes estaban cotizando un 20-30% menos de horas que las que trabajaban realmente, cuya diferencia pagaban la mayoría de las veces en ‘B’. La disminución de sus ingresos ha propiciado situaciones «realmente dramáticas», indicó Laiglesia, que urgió a la profesionalización del sector para que deje de ser un lugar «de paso». Esta precaria situación, dijo Laiglesia, está en el origen del problema de la falta de mano de obra en determinadas zonas.

«Tenemos un espectro de incumplimientos laborales en el sector de la hostelería que se ve en muy pocos. Son muchos los empresarios, sin embargo, que hacen bien las cosas y se tienen que dar cuenta de que sus compañeros que no lo hacen son competencia desleal, al contar con una masa salarial menor», según manifestó Montori, en alusión al «desprestigio del sector» que suponen estas malas prácticas.