Una reunión de jóvenes, sin mascarillas y sin guardar la distancia ha desencadenado un brote de covid en la localidad turolense de Ráfales, donde más de 100 personas están confinadas a la espera de los resultados de las PCR a las que se han sometido, según informó ayer Diario de Teruel. Por el momento hay 17 contagiados confirmados (la mayoría asintomáticos), pero no se descartan nuevos casos. Desde el centro de salud se han intensificado las labores de rastreo.

Casualmente, este municipio del Matarraña debería celebrar estos días sus fiestas patronales. Aunque no ha habido actos, salvo algunos culturales desde la asociación local. «Hay botellones y reuniones en parques y zonas verdes, en aglomeraciones, sin mascarillas», confirmó el alcalde, José Antonio Arrufat.

«Este año no había festejos y lo que hemos hecho ha sido por entretener un poco a la gente del pueblo. Sabemos que el brote no fue en ninguno de esos actos porque se mantuvo el límite de aforos, se guardaron las distancias, el uso de geles y todas las medidas de protección», apuntó.

El censo en Ráfales es de 150 habitantes, pero en pleno verano y puente de agosto su población se triplica, como sucede en la mayoría de los pueblos de Aragón. La alerta surgió el martes, cuando un vecino con síntomas de covid acudió al centro de salud. Dio positivo en el test de antígenos y solo él ya dio una de 30 contactos estrechos con los que había estado, a los que había que llamar para realizar las pruebas. Estos, a su vez, también citan a personas estrechas.

Enseguida se habilitó en el pabellón municipal el operativo, con sanitarios que se desplazaron desde Valderrobres, para realizar test de forma rápida. Los primeros positivos surgieron el miércoles y este viernes la zona básica de salud de Valderrobres, a la que pertenece Ráfales, sumó otros 7 casos. El día anterior ya habían sido 10 en la zona.

Cuarentenas sin cumplir

«Esperamos que la repercusión sea mínima», añadió Arrufat. Por indicación de Salud Pública, el ayuntamiento ya ha cerrado la piscina municipal, ha suspendido cualquier acto previsto y el dueño del bar también ha clausurado la actividad.

Pese a la situación, se ha detectado «algún caso» de incumplimiento entre las personas que debían estar confinadas, según el alcalde, por lo que el consistorio ha dado aviso a la Guardia Civil.

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Por otro lado, agentes de la Policía Local de Huesca desalojaron la pasada madrugada, a las 2.00 horas (horario de toque de queda) una fiesta ilegal que había reunido en una finca próxima a la ermita de Nuestra Señora de Salas a unas 40 personas. La ciudad celebra estos días sus no fiestas de San Lorenzo.

Según fuentes policiales, los participantes huyeron «de forma precipitada» a través de los campos del entorno al detectar la presencia de los agentes. Estos interpusieron una denuncia al propietario de la finca por incumplimiento de la normativa La intervención policial fue posible gracias a la llamada efectuada por un testigo para denunciar la fiesta