La formación del alumnado y la despoblación

El Erasmus rural para cambiar la vida de estudiantes y pueblos de Aragón

Veinte universitarios españoles y de otros países europeos hacen sus prácticas en municipios de la provincia de Zaragoza este verano

Presentación del programa ‘Unita movilidad’ en Daroca.

Presentación del programa ‘Unita movilidad’ en Daroca. / DPZ

M. Chamorro

ZARAGOZA

Cambiando vidas, abriendo mentes. Ese es el eslogan del programa de intercambio de estudiantes universitarios de la Unión Europea, Erasmus. Durante 30 años, millones de jóvenes de todo el continente europeo han vivido la experiencia de estudiar fuera de casa, en el extranjero, durante un tiempo determinado.

Con una forma parecida, pero con un fondo distinto al Erasmus convencional, la Universidad de Zaragoza junto a la Diputación Provincial de Zaragoza creó el Erasmus rural, un programa que busca contribuir a que el talento universitario llegue al medio rural facilitando que estudiantes hagan prácticas en pequeños municipios zaragozanos. Todo ello para cambiar sus vidas y abrirles las puertas del medio rural.

Además, la Universidad de Zaragoza forma parte del programa Unita movilidad, otro programa de estudiantes para que realicen sus prácticas en empresas y administraciones de zonas rurales, pero en este caso dirigido a universitarios de varias ciudades de Europa.

Una veintena de estudiantes extranjeros han decidido apostar este año por el mundo rural aragonés este verano, y se han trasladado hasta municipios como Daroca, Cubel, Herrera de los Navarros, Ejea de los Caballeros o Bubierca para hacer las prácticas de sus titulaciones durante los meses de verano.

Estos estudiantes proceden de la proceden de Italia, Francia, Portugal y Rumanía; los hay de las ramas de Arquitectura e Ingeniería, pero también de las ciencias de la salud. Todos ellos llegan para adquirir experiencia laboral en sus respectivas carreras.

Este verano se está desarrollando la cuarta edición del Erasmus rural y en las tres primeras convocatorias participaron 79 jóvenes de 29 titulaciones distintas que tuvieron una experiencia laboral remunerada en 31 localidades. Estos participantes desempeñaron distintas funciones en explotaciones ganaderas, ayuntamientos, residencias de ancianos, escuelas infantiles, fundaciones, asociaciones o empresas.

Los universitarios reciben una ayuda mensual de 300 euros y además les pagan el alojamiento y las dietas. Existen dos programas distintos: Desafío, para aquellos estudiantes de grado con más de 90 créditos superados, y Arraigo, para jóvenes que ya han finalizado su titulación. Este año el Erasmus rural cuenta de nuevo con un presupuesto de 100.000 euros aportado por la DPZ para ambos programas. Los fondos se gestionan a través de Universa, el Servicio de Orientación y Empleo de la Universidad de Zaragoza. Las prácticas pueden desarrollarse hasta el 15 de noviembre y su duración oscila entre las 120 y las 500 horas por universitario.

En este mismo sentido, las ayudas para el programa europeo cuenta con unas ayudas similares. Unita Movilidad Rural, la DPZ, y la Universidad de Zaragoza firmaron un convenio en el que la institución provincial se comprometió a aportar 30.000 euros para financiar a los estudiantes una beca de estudios y los gastos que supone el viaje, alojamiento y manutención.

A nivel nacional ya se ha presentado un programa similar para que en el resto de comunidades autónomas los universitarios puedan realizar su primera experiencia laboral en un pueblo.

Experiencia en el pueblo

Sobre el transcurso del Erasmus rural habla Tomás Yagüe, alcalde de Cubel (Zaragoza), un pequeño municipio de menos de 200 habitantes que ha acogido estudiantes estos cuatro años. Yagüe explica que la idea de este proyecto es «fantástica» y que los resultados «están siendo un éxito».

Este verano en su localidad han pasado ya siete universitarios (cinco nacionales y dos europeos) para realizar sus respectivas prácticas. «Estos programas buscan demostrar a los jóvenes que en un pueblo pueden venir a aprender y a vivir. Además, el tiempo en el que están trabajando les sirve para adquirir experiencia muy útil para su vida laboral», asegura el alcalde de Cubel.

Este edil ganadero y agricultor explica que los programas son «muy útiles» y que el beneficio acaba siendo común. Sin embargo, subraya una realidad dolorosa en las zonas rurales: «Si no se cuenta con servicios y medios de comunicación para desarrollar la vida de una forma normal, sin tanta dificultades, será imposible que los jóvenes vengan a echar raíces».

Además, Yagüe ve mejorable la predisposición de la Universidad como de la DPZ para interesarse por el desarrollo del proyecto. El alcalde cree que se necesita que las instituciones se acerquen más a la realidad que se vive en estos pueblos.

El Erasmus rural tratan de conectar la vida universitaria y laboral con el medio rural. Los estudiantes cambian su manera de vivir durante unas semanas para observar en primera persona las posibilidades y ventajas que ofrecen estos pequeños municipios de Zaragoza. Yagüe destaca el momento de satisfacción que se produce cuando ve cómo estos estudiantes avanzan en sus ámbitos y le agradecen el trato recibido durante su estacia en el pueblo.

No obstante, que estos universitarios echen raíces en este tipo de pueblos con unas características tan especiales dependerá de los servicios que puedan ofrecerles El Erasmus rural es un proyecto de presente que busca cambiar la vida de los estudiantes, pero al mismo tiempo mira al futuro para poder regenerar la España despoblada.

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