Las dos líneas de producción de la planta de Stellantis/PSA/Opel en Figueruelas volverán a realizar un nuevo paro productivo desde este domingo 22 hasta el miércoles 25 debido a la falta de suministro de componentes electrónicos para garantizar el proceso de fabricación. La parada en la cadena provocará que se dejen de fabricar 6.000 vehículos. Esta cantidad se sumará a los 60.000 que la planta ha perdido durante los 25-30 días de media que la plantilla ha dejado de trabajar por paros productivos. Además, este paro productivo podría prolongarse en el tiempo de no modificarse esta situación.

Lo cierto es que la planta acumula cerca de 30 jornadas de paros de producción desde el inicio del año ante la imposibilidad de poder fabricar vehículos por la falta de estos componentes esenciales. De esta manera, se han frustrado las halagüeñas previsiones de producción que Stellantis Figueruelas tenía para este 2021. La empresa esperaba incluso alcanzar este año una cifra récord y acercarse al medio millón de unidades, pero los problemas de suministro han echado al traste esas expectativas.

La multinacional del automóvil lamentó los «inconvenientes» derivados de una «situación global» de falta de componentes y añadió que «no más tarde» de las 14.00 horas del próximo miércoles se comunicará «la reanudación o no» de la actividad productiva en la planta de Figueruelas a partir de las 6.00 horas del día 26 de agosto. Estos paros se suman a los realizados ya los días 22 y 23 de julio y las jornadas del 15 y 16 de agosto, una situación que provocó la inquietud entre la plantilla de trabajadores de la factoría.

 La escasez de microchips a partir del pasado mes de febrero provocó el primer impacto sobre el empleo en la planta, con dos erte (expediente de regulación temporal de empleo) que afectaron en su conjunto a la plantilla de Stellantis/PSA. La empresa presentó hace cuatro meses un erte de 50 días para toda la plantilla de producción, un expediente cuyas condiciones fueron pactadas con el comité. También suspendió uno de los turnos de noche, lo que obligó a prescindir de 300 trabajadores temporales. De momento, la compañía no se plantea nuevas medidas para hacer frente a los altibajos en la fabricación, pero todo dependerá de que se normalicen las cadenas de suministro que vienen de los países asiáticos.

Cabe recordar que la planta retomó la actividad este pasado martes tras un parón de la producción que ha durado tres semanas por las vacaciones de verano, desde el pasado 22 de julio. Los más de 5.000 empleados de la factoría aragonesa regresaron a sus puestos de trabajo: los primeros en hacerlo fueron los del turno de mañana de la línea dos, la que fabrica el Opel Corsa, que comenzaron su jornada a las 6.00 horas. La línea uno (Crossland y Aircross) reanudó la actividad con el turno de tarde, que se inicia a las 14 horas.

Los datos facilitados meses atrás desde las organizaciones sindicales evidenciaron que se habían dejado de producir alrededor de 100.000 vehículos en Figueruelas a causa de la escasez de componentes electrónicos desde Asia y a la subida del precio de las materias primas.

Los fabricantes de estos semiconductores siguen intentando hacer frente a la alta demanda que provocó paradas en las factorías de automóviles de prácticamente todo el mundo. Sin embargo, las proyecciones de todos los grupos de automoción siguen siendo pesimistas para lo que resta de año. De hecho, un estudio revela que solo en julio los pedidos de este componente alcanzaron una demora en la entrega de 20 semanas, una media de ocho días más respecto al mes previo.

Empresarios y sindicatos expresaron entonces su preocupación ante la posibilidad de que esta situación de escasez de componentes afectara a la economía más que la propia pandemia por coronavirus, y se alargara hasta el segundo semestre de 2022