La diputada por Huesca de Podemos, Erika Sanz, dejará este martes el acta de diputada en las Cortes de Aragón, según confirmó el pasado lunes a este diario, una decisión que anunció a mediados de junio, aunque inicialmente esta previsto que su cese fuera ese mes al finalizar el periodo de sesiones parlamentarias. Lo que no está claro es quién le sustituirá, algo que parece deberse a las desavenencias internas y la crisis general que arrastra el partido. Tampoco ayuda el hecho de que la mayor parte de sus cargos orgánicos ocupen puestos de responsabilidad en el organigrama del Ejecutivo aragonés, como parte del gobierno cuatripartito del que forma parte la formación morada junto con PSOE, PAR y CHA.

Las dos personas que le siguen en la lista, Marta de Santos y Andoni Corrales, ejercen actualmente cargos públicos en la consejería que lidera Podemos, la de Universidades, con Maru Díaz como consejera. Si se diera el caso de que ningún de ellos asumiera el acta en la Cámara autonómica para seguir con sus responsabilidades en el gobierno, le tocaría dar el relevo a Silvia Mellado Cruz, pero se da la circunstancia de que es una integrante de Equo, grupo que se ha desligado de los morados y que en las últimas elecciones generales se presentó con Más País y CHA.

La marcha de Sanz responde a su decepción y disconformidad con el rumbo del proyecto político de Podemos y con el papel que este partido juega como socio del Ejecutivo aragonés que preside el socialista Javier Lambán. «Sigue la misma dinámica, un gobierno dirigido por el PSOE y el PAR, que establecen el grueso de las políticas, y unas fuerzas minoritarias, Podemos y CHA, que tienen que ceder constantemente y cabalgar muchas contradicciones para permanecer en ese gobierno», afirmó.

Como ejemplo más recientes de ello señala lo que está ocurriendo con los macroproyectos de energías renovables o la ampliación de la estación de esquí de Cerler por el valle de Castanesa. «Yo me he ido porque pienso que en ese gobierno se están haciendo políticas contrarias a lo que Podemos en su día defendió», reiteró. A su juicio, esta formación «venía a cambiar las cosas y no a ser muleta del PSOE». De momento sigue como inscrita para acabar de hacer las donaciones al partido fijadas en su código ético, pero se dará de baja en próximas fechas.

En este sentido, lamentó que el partido carece de «un espacio de participación activa desde abajo, al menos de manera horizontal», como así lo pone de relieve, apuntó, el hecho de que las bases «no saben todavía quién me va a sustituir». «Nos enteraremos todos a través de los medios de comunicación», agregó. Esto es, concluyó, «un verdadero síntoma de cómo se toman las decisiones» en el partido, al que acusa de una falta de democracia interna, más acusada en el ámbito autonómico que en el estatal. «Tiene unas bases muy debilitadas y va a llegar al final de la legislatura muy débil», agregó.

De diputada a maestra

Aunque sale de la política institucional, asegura que no va a dejar la política: «soy una personas activa y activista, aunque Podemos me haya decepcionado seguirá arrimando el hombro de manera colectiva sin protagonismos ni intereses particulares». En este sentido, es partidaria de reconstruir y sumar en el espacio de fuerzas a la izquierda del PSOE con el fin de «defender el territorio, los servicios públicos y una salida adecuada» a la actual crisis socioeconómica.

El próximo miércoles, un día después de dejar de ser diputada y tras seis años dedicada al mundo de la política, Sanz se reincorporará a su trabajo como maestra de Educación Especial en un colegio público de Zaragoza, donde tiene su plaza fija.