El viaje ha sido rápido. De la expectación se ha pasado a la normalidad en todo el eje de la N-2. Todos coinciden en que todavía es pronto para saber a ciencia cierta si la autopista gratuita asestará un golpe definitivo a restaurantes y hoteles de la carretera nacional. Mientras tanto, la convicción general es que la hostelería de la zona no puede caer dado que la AP-2 carece de servicios suficientes para alojar el descanso de todos los nuevos usuarios de la vía. 

«El día ha sido suave, demasiado tranquilo», comenta por teléfono Santiago Pallás, un camarero del restaurante El Español. Con su veintena de trabajadores, este local ubicado en el municipio de Bujaraloz afronta con inquietud los próximos meses. Este trabajador explica que la mañana de ayer «aún estuvo animada», pero que sin embargo, de repente, por la tarde se quedó parado. «Antes nunca estábamos sin clientes, ahora parece ser que habrá ratos que sí. No sé si es la crisis posvacacional po la apertura de la autopista, pero esto ha estado sin mucha actividad», asevera.

«Hemos preguntado estos días atrás y nos aseguran que seguirán viniendo», explica una hostelera

No obstante, en el restaurante todavía confían en que los clientes mantengan su fidelidad al negocio tras tantos años de servicio. «Intentaremos hacerlo mejor si cabe», deja caer. 

Sorpresa positiva 

A escasos 18 kilómetros, muy cerca de La Almolda, se localiza la Venta de Santa Lucía, un área de descanso en plena N-2 que cuenta con hostal y restaurante. Una de sus copropietarias, Adriana Royo, afirma que «para su sorpresa, el primer día ha ido bien». Se muestra un tanto incrédula al pensar que «quizás los usuarios no saben todavía que la AP-2 es gratuita». No obstante, lo cierto es que el cuaderno de cuentas no engaña. La caja que han hecho y la del 1 de septiembre del año pasado no distan «casi nada».

En sus apreciaciones sobre el estado de la circulación, Royo asegura que la densidad del tráfico fue menor, sobre todo en lo referente al tráfico pesado. Eso sí, destaca que «ha venido mucho coche», lo que certifica el traslado de los camiones a la vía rápida. «La gente ha respondido bien, no esperábamos dar tantas comidas», explica tras terminar el turno de tarde en declaraciones a este diario.

Quienes trabajan en la N-2 explican que el tráfico pesado ha disminuido en la primera jornada

Durante las semanas previas al levantamiento de las barreras de pago en la Autopista del Mediterráneo, en este establecimiento de la N-2 fueron tanteando a sus comensales sobre cómo afrontarían el tiempo que venía. «Nos decían que seguirían viniendo, que se saldrían de propio de la autopista para venir por aquí·», comenta. Esta sería una de las claves para evitar el colapso en los servicios de la AP-2. «En nuestra carpa se quedan a pernoctar en torno a 60 o 70 camiones, quizás más», cuenta Royo.

El punto final a los testimonios lo pone Santiago Pallás, que expone su visión: «Somos muchas familias viviendo de esto. Talleres y gasolineras, incluso panaderías a las que entra gente de la carretera. Ellos lo sentirán; con esto perdemos todos», asevera el trabajador. En la solución todos coinciden. Los accesos y las conexiones entre autopista y carretera nacional deben mejorar de inmediato.