La recuperación económica tras las crisis del coronavirus está siendo intensa en el sector de la vivienda en Aragón, donde se ha repuesto por completo de los achaques de la pandemia y supera con creces los niveles precovid. En el segundo trimestre del año se alcanzó el mayor volumen de compraventas de los últimos once años y el segundo mejor dato desde 2008, con 4.026 operaciones, un 14% más que en los tres primeros meses de 2021. Estas sorprendentes cifras vienen además acompañados de una contención de los precios en los pisos y casas de segunda mano, mientras que en los de obra nueva se aprecia cada una mayor escasez de oferta, sobre todo en Zaragoza.

Son algunas de las conclusiones que recoge el informe realizado por el Grupo de Análisis del Mercado Inmobiliario (Gamerin) para el portal Miaragon.es, que se presenta este jueves en la sede del grupo Plaza 14 en la capital aragonesa.

El crecimiento es incluso más acentuado en la vivienda usada, que marca máximos desde 2007 en la comunidad aragonesa. Los últimos doce meses también han sido un periodo de récord. Se han firmado 13.902 compraventas, números no anotado desde finales de 2008.

La pandemia y la necesidad de cambiar de casa

La fuerte recuperación del mercado inmobiliario es consecuencia de diferentes factores que juegan a su favor. Por un lado, la pandemia «ha puesto a la vivienda en el foco de la toma de decisiones de una parte importante de la sociedad», sostiene Luis Fabra, director de Gamerin. A su juicio, el «efecto psicológico» del confinamiento sufrido ha hecho que «se perciban necesidades distintas» en los hogares y que la opción de cambiar «haya estado sobre la mesa» de muchas familias en busca más superficies, una terraza o una ubicación de la ciudad.

A ello ha contribuido que el nivel de ahorro de los hogares se encuentra en máximos por la restricción del gasto que se produjo en los peores meses de la pandemia. De esta manera, a diferencia de anteriores económicas que han afectado negativamente al sector, la vinculada al covid está teniendo efectos positivo en este mercado. 

El impulso también viene propiciado por «una dinámica positiva» en la recuperación de la economía y el empleo en los últimos meses, así como por la inercia de un mercado hipotecario «activo», en el que «es relativamente fácil» acceder a un crédito y hacerlo con unos tipos de interés históricamente bajos.

Por provincias, destaca el buen comportamiento de la ciudad de Zaragoza, con un incremento de compraventas del 34% respecto al primer trimestre. En Teruel capital suben las operaciones un 10%, mientras que Huesca rompe la tendencia con una caída del 27,68%.

Singularidad de la obra nueva

En la variable precios, las cosas están más estables. El segundo trimestre del año se ha cerrado con una moderación del crecimiento de los últimos doce meses. En dicho periodo el coste ha crecido un 1,7%, pero es muy diferente el comportamiento de la vivienda nueva que ha tenido un incremento interanual cercano al 9%, mientras que la de segunda mano registra una ligera caída que no llega al 1%.

En este sentido, Fabra destaca que los valores de la vivienda usada son los que muestran la evolución más actual del mercado por ser un «indicador de venta reciente», ya que en la nueva se reflejan acuerdos de compraventa de hace dos o tres años, cuando la tendencia era más alcista. El experto inmobiliario hace hincapié además en otros factores que explican la carestía de los pisos a estrenar, como son su mayor «calidad media» y el incremento de los costes de construcción. 

Eso sí, Fabra advierte que «se está produciendo una cierta escasez de producto». El números de viviendas que han empezado a construirse en Aragón lleva tres años seguidos siendo un 25% inferior al de ventas. «En cualquier mercado cuando se reduce la oferta aumenta el precio», asevera.