La aspiración de vivir solos está cada vez menos al alcance de los jóvenes aragoneses que tienen entre 16 y 29 años. Apenas uno de cada seis puede hacerlo, ya que la tasa de emancipación de este colectivo era del 16,1% al cierre de pasado año, que estuvo marcado por la crisis sanitaria, social y económica que provocó el coronavirus. De esta manera, la proporción de adolescentes y veinteañeros que vivían en un hogar independiente al de su familia en la comunidad volvió a retroceder. La caída es del 10,5% en términos relativos, lo que se traduce en casi dos puntos porcentuales menos (-1,9%) respecto a 2019 (18%).

Los datos vienen recogidos en el último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, correspondiente al segundo semestre 2020. El documento concluye que la reactivación macroeconómica que se inició a partir del tercer trimestre del año pasado no se refleja a corto plazo en una mejora sustancial de las condiciones socioeconómicas de la población joven, uno de los grupos más perjudicados por la crisis derivada del covid-19.

El nivel de emancipación de Aragón en dicho grupo de edad se encuentra tan solo tres décimas por encima de la media nacional (15,8%). La comunidad es además la octava con un porcentaje más alto de un lista que encabezan Cataluña (18,6%), Islas Baleares (17,6%), Extremadura (17,5%) y Comunidad Valenciana (17,2%),

Gastos inasumibles

Sin embargo, las jóvenes aragonesas permanecían en mayor medida en el hogar familiar que sus coetáneas españolas. En torno al 30% de los que tienen entre 30 y 34 años en la comunidad siguen viviendo con sus padres.

El coste de acceso a la vivienda seguía siendo algo más accesible en Aragón que en otras comunidades, aunque resultaba inasumible para una persona asalariada, que debería reservar el 68,5% de sus ingresos mensuales para el pago del alquiler y el 42,9% para la cuota hipotecaria.

A finales de 2020, las personas jóvenes de nuestro territorio se distinguían por registrar, comparativamente, una mayor tasa de actividad (54,3%) y de empleo (40,3%) respecto a los promedios nacionales. Con respecto a la calidad del empleo juvenil y en comparación con el resto de las comunidades autónomas, se observan también menores índices de parcialidad, subocupación y temporalidad. Sin embargo, la temporalidad contractual experimentó un fuerte incremento, ya que pasó del 41,5% en el segundo trimestre de 2020 al 50,4% en el cuarto trimestre del mismo año.