El Partido Aragonés espera reunir a medio millar de compromisarios en el congreso que decidirá el futuro de la formación el fin de semana del 23 y el 24 de octubre. La cita se celebrará en una ubicación todavía por definir y con un censo todavía por aprobar, pero la Comisión Ejecutiva del PAR aprobó este martes no sin debate el reglamento que regirá el proceso, donde se elegirá no solo al nuevo líder regionalista sino los documentos que marcarán su rumbo político para los próximos cuatro años.

Desde las 17 horas, la sala Tierra del hotel Zentro de Zaragoza, frente a la antigua sede del partido, volvió a servir de escenario a la Comisión Ejecutiva del PAR para definir los siguientes pasos del XV Congreso. El presidente del partido, Arturo Aliaga, volvió a manifestar que todavía no ha decidido si presentará su candidatura a la reelección. Pero añadió que se da «hasta final del mes de septiembre» para tomar una decisión al respecto. Tampoco desde el sector crítico dieron ayer pasos adelante ni despejaron las dudas sobre quién podría ser el hipotético candidato o candidata a suceder a Aliaga si finalmente este se presenta y le ganan en las urnas.

«Lo voy a supeditar todo a las pruebas médicas. Me encuentro fantásticamente bien, estoy recibiendo muchas llamadas, pero permítanme estos ejercicios de reflexión. No es una decisión para tomar a la ligera», manifestó Aliaga, que reclamó que sea un congreso «participativo» que haga del PAR una propuesta «útil» para los aragoneses en 2023. También dijo que no será «obstáculo» para otras candidaturas. «Si alguien con fuerza, con arraigo entre la militancia se presenta, yo lo aplaudiré», aseveró. «No hemos sido restrictivos en la recogida de avales, sino que queremos facilitar que quien quiera participar, participe», resumió el secretario general del PAR, Joaquín Serrano, que cifró en torno al 15% del censo la recogida de avales necesarios por cada candidato.

Arturo Aliaga, junto a la diputada del PAR en la DPT, Berta Zapater, de quien dijo que su expediente está "aparcado". JAIME GALINDO

La cita se vivió de manera diferente para quienes apoyan con rotundidad la dirección del también vicepresidente del Gobierno autonómico y para los que han criticado no solo su gestión, sino que le han pedido que dé un paso al lado y le han acusado de hacer perder la esencia ideológica del partido.

Mientras los primeros reclamaron a Aliaga que «si su salud se lo permite», repita en el cargo e incluso le mostraron su apoyo con un aplauso al final de la reunión, quienes han criticado su gestión reprocharon que «la falta de diálogo y de debate presidieron la Ejecutiva». También expresaron su «tristeza» porque «no hay interés en llegar a acuerdos ni de tomar decisiones por consenso». Incluso, acusaron a la dirección de haber inscrito a nuevos militantes en los últimos meses, que son los que podrán votar en el congreso. Mientras, Aliaga aseguró que el expediente abierto a la diputada de Teruel, Berta Zapater, está «aparcado» y que el grupo de la DPT del PAR «trabaja con total normalidad».

Aliaga niega los posibles efectos en el cuatripartito

Aliaga llamó a aprovechar la «base política de 43 años de historia» del partido y la experiencia en los gobiernos actuales. Al ser preguntado sobre el impacto que este proceso podría provocar en el cuatripartito, dijo que «ninguno» porque «el pacto está firmado, y lo firmado, se cumple».

Tampoco despejó la incógnita de qué pasaría con la vicepresidencia si deja de ser el presidente del partido. En este caso, le pasó la pelota a Lambán, aseguró que le correspondería al presidente esa decisión y declinó aclarar cuál sería su propuesta.