Barbastro tendría que haber celebrado sus fiestas patronales pero el coronavirus impidió por segundo año consecutivo poder disfrutarlas. Las Veladetas del Vero se erigieron en la alternativa controlada a unos festejos populares que ya miran al 2022.

 Las propuestas diseñadas por el ayuntamiento barbastrense comenzaron el pasado 20 de agosto se prolongaron hasta ayer colgando el cartel de completo en los distintos escenarios por toda la ciudad. En todos el aforo fue limitado y con las máximas medidas para garantizar la seguridad de los asistentes. En el último día de estas no fiestas Marina Quiroga Trío actuó a la hora del vermú en el paseo del Coso que repitió en una doble cita por la tarde. La Habitación Roja actuó en el Auditorio del Centro de Congresos, mientras que La Ronda de Boltaña puso el broche final a este programa en la zona exterior del recinto ferial.

Por la mañana la catedral fue el escenario en honor a la patrona donde se celebró la solemne misa oficiada por el Obispo de la Diócesis de Barbastro - Monzón, con la participación de la Coral Barbastrense y de la Asociación Folclórica del Somontano. También estuvieron presentes los miembros la corporación municipal, encabezada por el alcalde Fernando Torres, además de otras autoridades y un gran número de barbastrenses. Muchos de ellos se ataviaron con el traje regional tradicional de la localidad.

Como ya ocurriera en 2020, este año no ha podido celebrarse la tradicional ofrenda de flores y alimentos a la Virgen del Pueyo que tiene lugar el 8 de septiembre. Y, como el año pasado, la Asociación Reina Petronila de Consumidores y Usuarios Somontano, que se encarga de coordinar el acto, convirtió el acto en una ofrenda virtual, en esta ocasión recogiendo material escolar y productos de higiene y limpieza que entregarán a Cáritas en los próximos días para que los distribuya entre las personas que más están notando los efectos de esta pandemia. Tampoco pudo realizarse la tradicional procesión de la talla de la virgen portada por las mujeres de la asociación de amas de casa, hasta la catedral donde el obispo preside la eucaristía. Fuera del templo, los gigantes y cabezudos solían recorrer por última vez el centro de la ciudad para disfrute de los más pequeños.

Los fuegos artificiales, el colofón de los actos, también quedan para el 2022.