La presión de los vecinos del valle del Aragón y el paso de los días parecen hacer mella en las negociaciones para tratar de alcanzar un acuerdo que permita la apertura de Candanchú esta temporada. El último movimiento del Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca (DPH) parece ir encaminado a ofrecer una línea de ayudas a todas las estaciones de esquí del Pirineo aragonés, lo que podría facilitar la solución para que Candanchú comience a poner a punto sus instalaciones antes de que sea demasiado tarde. 

La propuesta concreta se está elaborando pero podría tratarse de una línea de ayudas o préstamos blandos que se concedería a través del Instituto Aragonés de Fomento (IAF), según ha podido saber este diario de fuentes cercanas a la negociación. Lo que no habrá, aseguran, serán ayudas directas. Esta fórmula está en sintonía con lo que hace ya algunos días habían reclamado desde Ibernieve, que tiene la mayoría del capital de la sociedad matriz de Candanchú. No obstante, al cierre de esta edición se desconocía si la propuesta había obtenido el visto bueno de sus dueños, que a finales de agosto anunció su decisión de no abrir esta temporada por los altos costes que ello supondría y la incertidumbre respecto a la evolución de la pandemia. 

El planteamiento del Gobierno de Aragón consistiría en extender la línea de ayudas a todas las estaciones (Candanchú, Astún, Javalambre, Valdelinares, Formigal y Panticosa) para evitar problemas de competencia y diferencias entre unas y otras, señalaron las mismas fuentes. Esta sería una de las herramientas para tratar de desatascar la situación de Candanchú, aunque su gestión correría a cargo de los actuales propietarios.

Por ahora no ha trascendido la cuantía de esa línea de ayudas, si bien el director general de la estación, Álvaro Luna, recordó en una entrevista reciente en este diario que para el mantenimiento y puesta en marcha de las instalaciones serían necesarios 2,4 millones de euros. Sea como fuere el tiempo apremia, ya que la llegada del otoño dificultaría los trabajos para acondicionar la estación.

Todas las partes negociadoras destacan, no obstante, la «buena predisposición para tratar de llegar a acuerdos», aunque no todavía no se ha firmado nada. 

«Urgencia total»

Mientras los teléfonos no dejaban de sonar entre los negociadores, alcaldes, empresarios, trabajadores y vecinos del valle del Aragón se preparaban para celebrar una protesta en Jaca bajo el lema Cadanchú no se cierra, a la que asistieron cientos de personas. «La situación es extrema y la urgencia, total», aseguró el alcalde de Villanúa, Luis Terrén, que aludió al ambiente de «angustia» que reina en la zona porque «ha pasado ya una semana de septiembre y no hay solución». 

Además, criticó que el propio director de Candanchú baraje a estas alturas la apertura parcial de la estación porque los plazos ya van muy Justos. A su juicio, estas palabras tienen «efectos demoledores». «Así es difícil recuperar la confianza», indicó Terrén, que abogó por «vender ilusión» y no deteriorar la imagen de un valle que espera como agua de mayo la nieve y los esquiadores.

Astún fue la única estación de esquí que abrió sus instalaciones el pasado invierno, pese a las restricciones. De hecho, hubo semanas en las que solo tuvo clientes procedentes de la provincia de Huesca por los confinamientos provinciales y autonómicos. Sin embargo, el director comercial de la estación, Andrés Pita, reconoció que, pese a las abultadas pérdidas, «hubiera sido todavía peor no abrir». Otro de los posibles efectos positivos de la apertura, además de la dinamización del valle del Aragón, ha podido ser la fidelización de algún cliente, aunque la previsión de que el año iba a ser desastroso se ha cumplido debido a la pandemia.