La industria textil aragonesa trata de recoser sus costuras tras varias décadas de declive como consecuencia, principalmente, de la deslocalización de producciones y la competencia de los países con mano de obra más barata. A pesar de haber quedado muy diezmado, el sector sigue contando con unas 400 empresas en activo que facturan 200 millones de euros y dan empleo de forma estable a más de 2.000 trabajadores. Tras haber tocado fondo, afronta el reto de reinventarse y reactivarse a través de la innovación, la especialización o la moda sostenible.

Una buena oportunidad para contribuir al relanzamiento es la Aragón Fashion Week, que regresa con sus desfiles, premios y conferencias y el objetivo prioritario de dar visibilidad a los creadores y las marcas locales. El evento, que fue presentado este viernes en rueda de prensa, está organizado por la Federación de Industrias Textiles y Confección de Aragón (Fitca). Tras el parón del año pasado forzado por la pandemia, vuelve a desarrollarse gracias al respaldo financiero del Departamento de Industria del Gobierno de Aragón. Cuenta además con el patrocinio de La Torre Outlet y el apoyo, entre otros, del Ayuntamiento de Zaragoza.

Aragón ha sido históricamente uno de los focos principales de la industria de la moda en España, junto con la Comunidad Valenciana, Cataluña, Galicia o La Rioja. Aunque estadísticamente ha pasado a tener un reducido peso en la economía regional, el textil tiene valores cualitativos que justifican su promoción y apoyo institucional, defienden desde Fitca. Las empresas y los talleres que quedan están asentados mayoritariamente en el medio rural y son una fuente de trabajo para muchas mujeres.

Deslocalización

La industria textil y la confección, así como sectores afines como el calzando, han sufrido una profunda reestructuración por los efectos de la globalización, con una deslocalización generalizada de actividades. A pesar de todo, «seguimos teniendo empresas de capital cien por cien aragonés que están exportando diseño y vendiendo en todo el mundo», subrayó Santiago Vicente, secretario general de la patronal Fitca, en referencia a los casos de éxito que existen en moda nupcial o deportiva.

«En los últimos años, a pesar de la crisis del coronavirus, se está detectando una cierta estabilización», afirmó Javier Burillo, jefe del Servicio de Apoyo a la Pyme del Gobierno de Aragón, quien ensalzó el esfuerzo de las empresas que quedan por modernizar sus procesos de producción, abrir nuevos canales de venta y especializarse. «Es una actividad productiva estratégica por el empleo que genera. Hay que seguir apostando por lo que tenemos y por nuestro tejido empresarial», recalcó.

Pero hablar de relocalización de grandes producciones textiles en Aragón y España «es un poco aventurado hasta que haya tecnologías que hagan que la mano de obra no sea tan grande», precisó Luis Paricio, presidente de Fitca, quien confió aún así en que «poco a poco» el sector vuelva a ganar peso.

El textil alcanza los 8.000 empleos en la comunidad si se suma la actividad de la plataforma logística de Inditex del polígono Plaza y el segmento del comercio. «Son más incluso que los que tiene la planta automovilística de Figueruelas», apuntó Burillo.