La pequeña localidad zaragozana de Viver de la Sierra, en la Comarca del Aranda, ha acondicionado un antiguo pajar como tienda multiservicios, donde sus vecinos pueden comprar dos veces a la semana la alimentación que necesitan y gracias a la que, por ejemplo, han podido recuperar la costumbre de comer un plato tan tradicional en la zona como el congrio, o bacalao seco.

Así lo ha explicado Miguel Ibáñez, quien todos los miércoles y sábados sube con su furgoneta cargada desde Brea de Aragón donde reside, para abrir el multiservicios en la que el medio centenar de habitantes que tiene esta población se aprovisionan de productos alimentarios no perecederos, ya que anteriormente no existía ninguna tienda.

Viver de la Sierra forma parte del municipio de Sestrica, que se encuentra a unos seis kilómetros de distancia. Escasa para un autómovil pero larga para recorrer andando, especialmente en el caso de las personas mayores, como buena parte de los habitantes de Viver, para los que coger el coche tampoco es una opción.

Ibáñez ha explicado que "con la pandemia me llamaron desde el pueblo para ver si les podía subir algo con la furgoneta". Aceptó y realizaba viajes con víveres que vendía luego en la plaza.

El alcalde de la localidad, Miguel Pinilla, que observó la incomodidad para los vecinos de "tener que estar en la plaza, con frío y con nieve en invierno", pensó en reacondicionar un pajar abandonado en la población.

"Lo hablé con la familia propietaria y, viendo que iba a ser un gran bien para el pueblo, lo cedieron gratuitamente", ha recordado Pinilla. El ayuntamiento solicitó ayuda del programa Leader, a través de la Asociación de Desarrollo Rural Integral Calatayud-Aranda, para las obras de rehabilitación.

Productos no perecederos

En la tienda, los vecinos pueden encontrar "conservas, jamón, embutidos, quesos curados, aceitunas, aperitivos y otros productos que no son de consumo inmediato" ha detallado Ibáñez. Este verano, con los vecinos que llegaban a pasar el veraneo "he llevado productos frescos, como hamburguesas, que me pedían", ha aclarado.

Entre los productos favoritos destaca "el bacalao salado, o congrio como lo conocemos aquí, que es un plato muy tradicional de la zona y no podían comprar en el pueblo desde hace tiempo".

El pan, que llegaba desde Morés también en furgoneta, se vende ahora igualmente en el multiservicios, tras un acuerdo para la recogida.

Ibáñez, propietario de una fábrica de aceite, de cuya distribución entre la hostelería y los comercios de la zona se ocupa, junto con otros productos, ha puntualizado que puede abordar el servicio a Viver porque lo añade a su trabajo habitual y dispone de una infraestructura, ya que "para alguien que tuviera que empezar de cero sería imposible, porque, con tan poca población, el margen de beneficio es bajo".

Este empresario, que se alterna en la atención a la tienda con su mujer y su hija, ha justificado la necesidad de que existan este tipo de servicios para que "la gente mayor no tenga que salir del pueblo solo para comprar comida".

La tienda provee a los vecinos de alimentos no perecederos, mientras que para las frutas y verduras "viene un chico de Tierga los jueves", ha apuntado el alcalde.

Consultorio médico semanal

Contar con servicios esporádicos es la rutina de muchas pequeñas localidades como esta. Ocurre también en Viver con el consultorio médico, donde pasan visita una vez a la semana el médico y la enfermera que se trasladan desde el centro de Saviñán.

Desde un tiempo lo hacen en un nuevo consultorio construido sobre el solar de unas antiguas escuelas, para "evitar la cuesta que había que subir en el anterior, lo que era mucho esfuerzo para la gente mayor", ha especificado el alcalde.

También se dispone de los servicios semanales de una asistente social y, a instancias de la alcaldía, el secretario atiende a tiempo parcial las necesidades para realizar trámites complejos que puedan tener los vecinos.

"Mucha gente de Viver iba a trabajar a Francia y necesitan realizar mucho papeleo para tramitar las pensiones; tenían que desplazarse fuera y así les evitamos ese problema, que es un trastorno sobre todo para la gente mayor", ha detallado Pinilla.

AEROGENERADORES

Además de estos servicios, su alcalde ha ratificado que Viver está bien dotada en alumbrado público y en el mantenimiento de calles y plazas, y se ha restaurado la fuente de entrada a la localidad. Todo ello, en buena parte "gracias a los ingresos de los aerogenerados que tenemos instalados, que ayudan bastante al presupuesto municipal", ha asegurado.

Pese a estos avances, y aunque viven en la localidad algunas familias jóvenes, Pinilla no ve con esperanza la recuperación de la demografía. Si bien sigue habiendo actividad agrícola y ganadera, se trata de un sector en descenso, frente a la industria del calzado de la cercaba Illueca, a dónde miran los vecinos de Viver en busca de un trabajo. Con la desventaja de que "acaban yéndose a vivir allí", ha lamentado el alcalde.

Pese a ello, Pinilla ha asegurado que seguirá trabajando desde de su puesto por las mejoras en la localidad, aunque, ha opinado que "hay que ser muy valiente para ser alcalde de un pueblo pequeño".