Primero se dijo que la inmunidad de grupo se lograría con el 70% de población vacunada, una cifra que «siempre ha chirriado» a la comunidad científica, asegura el epidemiólogo Nacho de Blas. Por las variantes la cifra aumentó al 85%, lo que supone «el 95% de la población total» puesto que a los menores de 12 años todavía no se les puede pinchar. Así que es «un reto complicado», explica el jefe del servicio de Promoción y Prevención de la Salud de la DGA, ya que actualmente Aragón está el 88% con la primera dosis y «necesitamos 7 puntos más, lo que nos va a costar mucho». El epidemiólogo Juan José Badiola reconoce, de forma más gráfica que, «si alcanzamos el 80% ya nos podemos dar con un canto en los dientes»

La vacunación lo que permite es «ponerle trabas a la circulación viral» y evitar la transmisión, lo que hará que haya pequeños brotes pero «no esperamos ondas epidémicas tan elevadas como hasta ahora», señala Gascón

De Blas diferencia entre inmunidad generalizada y «duradera y actualmente no se cumple, lo mismo que sucede con la gripe». Esto se debe a que hay que pensar en las personas que tienen la inmunidad incompleta, por lo que el «catálogo de anticuerpos es más variable» y el contacto con el virus a dosis de baja intensidad es lo que hace que se aumenten. El epidemiólogo compara la situación con la de la gripe. Uno se vacuna pero estamos «en contacto con el virus», que cuando se convierte en endémico. Lo mismo sucederá con el covid, cuyas curvas se compararán con «cuántas personas están enfermas, no con las hospitalizados».

Al especialista Juan José Badiola lo que le preocupa en estos momentos es «la vuelta al colegio» porque los pequeños «no se vacunan», pese a que reconoce que «del año pasado han aprendido mucho porque lo hicieron muy bien. Y también el regreso «a los trabajos de forma generalizada, porque «todavía hay gente de vacaciones», y, de nuevo, la «presencialidad» de forma generalizada.

Ojo al tráfico aéreo

En este sentido, considera que aunque no se llegue a la inmunidad de grupo como tal hay que tender hacia la «normalidad» porque «no se puede mantener más esta situación». Como ya se ha demostrado en China, «la erradicación de un patógeno no es posible» porque en el mundo, la gran mayoría de la población no está vacunada. Así que en esta nueva fase «tendremos que convivir con el virus de la manera más ventajosa», con medidas de prevención para «evitar la saturación hospitalaria», el incremento en las ucis y las muertes sobre todo en las personas más vulnerables.

Por eso, reconoce, y añade un elemento de preocupación, que no es otro que el tráfico aéreo, porque «estas cosas vienen en avión». Así que ¿erradicación o convivencia?. se pregunta. «Lo primero no será posible y es muy difícil, así que apuesta por el «control» del virus pero no con restricciones porque «las relaciones sociales y la economía son necesarios», concluye.