El sistema de autocita para vacunarse contra el covid puesto en marcha por el Gobierno de Aragón, abriendo paulativamente nuevos cohortes de edad conforme había disponibilidad de virales, ha demostrado ser un «mecanismo bueno» pero ahora se considera insuficiente por lo que desde el Gobierno de Aragón apuestan por «estrategias individualizadas», según explica el jefe del Servicio de Promoción de la Salud, Luis Gascón. Envío de sms, campañas activas por parte de los centros de salud que «resalten la importancia vacunarse y contribuir a la protección personal y también del conjunto de la población» y, en función de cómo funcione la medida, se podrá citar para un día concreto a aquellas personas que no lo hayan hecho y si «no quieran vacunarse, tendrán que cancelarla», explica. Esta medida se unirá a la vacunación en el ámbito laboral, quizá la puesta en marcha de algún punto concreto en las universidades y el contacto con colectivos donde se ha detectado menor cobertura.

En Aragón, el 85% de los residentes mayores de 12 años tienen la pauta completa, lo que supone un 75% de la población en general. Por eso, Gascón considera que no hay una «resistencia militante negacionista», sino que hay, en ocasiones «indolencia, pereza o sensación entre tramos de edad joven que no va con ellos» porque los cuadros clínicos son más leves. Por eso, «nos dirigiremos a ellos, para estar lo más cerca posible y facilitarles la vacunación».

Menor presión hospitalaria

Los epidemiólogos Nacho de Blas y Juan José Badiola son de la misma opinión. Ambos apuntan que la ralentización vacunal se debe a «las vacaciones» y la programación del curso o el miedo a «posibles reacciones», apuntan.

En esta sexta onda epidémica las incidencias han sido muy elevadas y sin las coberturas de vacunación sí que hubiera sido importante la «presión hospitalaria» y la mortalidad de otras ondas, ya que ahora «ha vuelto a sus registros normales, teniendo en cuenta la estación en la que estamos, apunta Gascón; por lo que incide en que la «vacuna es una herramienta que permite minimizar los daños» y volcar «la esperanza en recuperar cierta normalidad», reconoce. Nacho de Blas va más allá y afirma que los contagios de esta sexta ola han sido un «20 o 30% más que en la de Navidad, mientras que los hospitalizados «han sido menos de la mitad».

En cuanto al futuro, primero habrá que esperar a ver cómo se comporta el virus» con el inicio de curso, que esperan tenga lugar «sin excesivos problemas» tras cómo se superó el pasado. Pero «no hay que bajar la guardia» y mantener medidas como mascarillas, limitación de aforos y distancia social. «El mundo tiene ganas de pasar página y todos estamos cansados» pero, asegura el jefe de Prevención de la Salud del Gobierno de Aragón que «hay que mantener cierta tensión en estas medidas» que se han comprobado efectivas, además de «cierto sentido común». Porque no hay que olvidar que enseguida entramos en otoño y crecerá «la transmisión de virus respiratorios», apunta Badiola y también la gripe, casi sin presencia en el último año.