El Ayuntamiento de Huesca ha retomado este mes de septiembre el lanzamiento de cohetes en las zonas verdes de la ciudad para ahuyentar a los estorninos, con el objetivo de disuadir a la población actual que se asienta en la capital altoaragonesa hasta el mes de marzo.

El concejal del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Huesca, Roberto Cacho, ha recordado que han pasado casi 30 años desde que la plaga de estorninos se convirtiera en un problema para la ciudad.

En aquel momento eran casi 200.000 ejemplares los que se contabilizaban y ahora después de muchas medidas, el censo ronda los 20.000 o 30.000 estorninos en los picos más altos.

Cacho ha informado de que "tenemos una población asentada en la ciudad de estornino negro que es más sedentario y aquí se encuentra bien y ya no emigra, y luego tenemos las aves migratorias, como el pinto, que empieza a visitarnos entorno a octubre aunque este año se ha adelantado y marcha entorno a marzo".

Para ahuyentarlos se disparan los cohetes tres días a la semana de 19.00 a 21.00 horas a cargo de la empresa oscense Ambién Sin Bichos, integrada en Anticimex.

Durante estos años se han ido articulando varias medidas, desde la caza con águilas, repelentes de aves o ultrasonidos hasta el 'tordocop'. En este punto, el concejal ha manifestado que "unas medidas han tenido más efecto que otras, pero si se ha logrado disminuir tanto la población de estos ejemplares y no se están cazando es porque en otro lugar estarán".

Dormidero

El edil ha insistido en que "se buscan opciones disuasorias constantemente para acabar con el problema" y "ahora se trabaja en crear un dormidero artificial en el entorno de Salas".

Desde hace algún tiempo, los estorninos se instalan en el parque Miguel Servet pero también en otras zonas de Martínez de Velasco, el pinar de la Diputación de Huesca en el Hospital Provincial o en el parque del Encuentro.