El parque Delicias y el de La Granja, en San José, se habían convertido en el habitual escenario en el que las bandas latinas presentes en Zaragoza, los Dominican Don’t Play (DDP) y los Black Panther, se citaban para agredirse con palos y machetes. Pero la presión policial de los últimos meses con constantes redadas sorpresa está provocando que se vuelvan itinerantes. Muestra de ello fue la última cita en la que la Policía Nacional tuvo que intervenir. Fue en la orilla del Ebro, en las proximidades del club deportivo Helios. Su presencia ha sido vista hasta sido detectada hasta en la céntrica plaza de Los Sitios.

Hasta allí se trasladaron varias patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón sobre las 02.45 horas. Una llamada a la sala del 091 alertaba que se estaba produciendo una pelea entre bandas latinas y que iba armados, que alguno de ellos empuñaba un machete. Cuando los agentes llegaron a esta zona en la que había decenas de jóvenes haciendo botellón, pese a estar prohibido, los grupos se dispersaron y algunos se marcharon corriendo.

No obstante, según fuentes consultadas por este diario, a varios de ellos se les requirió la documentación y se les identificó. A uno de ellos sí se le encontró un arma blanca por lo que los agentes levantaron un acta y se le intervino. Por suerte, la colaboración ciudadana evitó que la agresión se saldara con heridos o en tragedia como la de Sami Hamidi, que murió de un profundo corte en la femoral en la calle Princesa.

El último arresto relacionado con pandilleros llevado a cabo en la capital aragonesa se produjo a finales del mes de agosto cuando arrestaron a cuatro jóvenes en la calle Menéndez Pelayo, junto al campus San Francisco de la Universidad de Zaragoza. Los investigadores creen que podrían estar preparando un enfrentamiento con algún grupo o banda rival latina. Los cuatro, que llevaban camisetas con el lema Siempre estarás en nuestros corazones ‘zeta’, junto a la fotografía de un joven, una bandera de la República Dominicana y unos pañuelos con los que taparse su rostro, iban armados. Uno de ellos llevaba una katana oculta entre sus pantalones, otro una barra tipo defensa extensible y otros dos una pistola y un machete.

Estas últimas armas fueron arrojadas en su huida debajo de otro contenedor, pero una inspección ocular de la zona permitió intervenirlas. Una práctica muy habitual de este tipo de pandilleros. La última vez que trataron de fugarse de la céntrica plaza Los Sitios, los agentes hallaron este tipo de armas blancas en los bajos de vehículos estacionados. Dos de los cuatro detenidos se resistieron a ser detenidos por los agentes, llegando a agredirles, por lo que fueron arrestados como supuestos autores de un delito de tenencia ilícita de armas, resistencia a la autoridad y pertenencia a organización criminal.

En la cárcel de Zuera están en la actualidad una importante representación del coro de Zaragoza, que es como se conoce a las diferentes ramificaciones de los DDP, tras una importante operación policial con una veintena de detenidos. La investigación destapó no solo el negocio de la venta de drogas a través de menores, sino también una violación grupal.