La cifra de trasplantes en Aragón se acerca a niveles prepandemia. De hecho, en los ocho primeros meses de este año ha habido 62 intervenciones, lo que supone un crecimiento del 24% con respecto a las mismas fechas de 2020. De ellos, ha habido 43 trasplantes renales, 15 hepáticos y cinco cardiacos. En cuanto a donaciones, el número es de 25, con números «similares» al año pasado, según reconoce Raquel Montoiro, coordinadora autonómica de Trasplantes de Aragón.

Montoiro nota una recuperación «poco a poco» de la actividad, aunque no ha alcanzado los números de antes de la aparición del coronavirus. En 2019 hubo 125 trasplantes, mientras que la tasa de donación fue de 47,3 por millón de habitantes, un «buen año en cuanto a cifras» en ambos sentidos. El año pasado se redujo un 50% las donaciones y un 42% los trasplantes.

Raquel Montoiro, coordinadora autonómica de Trasplantes de Aragón. JAIME GALINDO

En cuanto a la lista de espera, depende de los órganos, apunta Montoiro. En el caso del hepático, habría unos 13 pacientes, más que años anteriores cuando esperaban «muy poco tiempo». En el caso de los renales, la cifra es similar con 120 pacientes y en el caso del cardiaco, hay un paciente a la espera del trasplante. Esto en adultos porque en Aragón no hay programas de menores (y a nivel nacional se ha mantenido la lista de espera).

Aragón era antes de la aparición del covid la comunidad autónoma donde más había crecido porcentualmente la donación de órganos, según la Organización Nacional de Trasplantes (OIT) con un alza de un 47,6%. Por eso, en este tiempo la actividad «se ha visto muy afectada» por la pandemia, que ya saturó las uci y «la presión sigue existiendo», lo que incide tanto en la donación como en los trasplantes, tanto en Aragón como en el territorio nacional.

objetivo 50 x 22

Es por eso que el plan que marcaba como objetivo llegar a 50 donaciones por millón de habitantes puede que no se cumpla, aunque como afirma Raquel Montoiro, para conocer el impacto que tiene el coronavirus «debemos esperar a las cifras de final de año» puesto que la foto actual es «incompleta». Aun así se muestra optimista y llama a «esperar» porque «falta un año y medio» y habrá que analizar como se comporta la enfermedad en el sistema sanitario.

Preguntada por si afecta de manera diferente a un trasplantado el covid-19, Montoiro reconoce que estas personas tienen «mayor incidencia y mayor gravedad» pero está en discusión si es por «su carácter de inmunodeprimido» o bien se debe a la comorbilidad del paciente; ya que en ocasiones tienen otras patologías asociadas y por eso se consideran «colectivo vulnerable».

Según datos nacionales, alrededor de un 10% de los pacientes fallecen a la espera de un órgano. Montoiro reconoce que para que haya un trasplante tiene que haber «una donación». Por eso hay que «concienciar» a la población en este sentido porque la donación «salva vidas y también mejora la calidad de vida de muchas personas». En este sentido, la coordinadora en Aragón afirma que la tecnología existente no lo permite de otra manera porque los órganos bioartificiales quizá en un futuro a medio plazo «puedan existir» pero actualmente no son viable.

Es por eso que hace hincapié en la llamada a la donación, porque Aragón es, según afirma, una población muy «generosa» ya que la tasa de negativas fue el año pasado del 12% mientras que la media nacional fue del 14%. Así que el mensaje de que «la donación salva vidas ha calado». Llegar a la tasa del 0% es «difícil» porque ante un fallecimiento si un familiar dice no a una donación es por múltiples motivos, aunque el objetivo es «aproximarse». De hecho, asegura que se ha doblado las peticiones de solicitudes del carnet del donante. Los que quieran hacerlo deben «dejar testimonio» para que en un futuro posibiliten la extracción del órgano tras la muerte, y eso obliga a preguntar al familia.