Aragón tiene en la economía circular uno de los principales nichos de negocio para los próximos años. Esta actividad, que consiste en compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos para crear valor añadido, aporta ya más de 15.000 empleos en la comunidad y genera alrededor de 1.000 millones de euros, según un informe publicado recientemente por el departamento de Economía del Gobierno de Aragón.

Pero su auge va más allá del propio sector. A las compañías que tienen su razón de ser en este tipo de actividad se han sumado ahora muchas otras que ven en la aplicación de este nuevo modelo una oportunidad para reducir sus costes, elevar la competitividad y lograr un mayor ahorro energético con lo que ello supone desde el punto de vista medioambiental.

Los ejemplos de proyectos tangibles y exitosos en Aragón son innumerables, pero algunos de los más relevantes están protagonizados por compañías como BSH Electrodomésticos, Saica, Novapet, Samca, Grupo Térvalis o Finsa, entre muchas otras, que ejercen como motor de arrastre hacer el resto del tejido productivo.

La irrupción de la economía circular supone «un cambio de mentalidad», asegura la directora general de Planificación y Desarrollo Económico del departamento de Economía del Gobierno de Aragón, Pilar Gómez, que habla con entusiasmo de la nueva realidad que ya dibujan algunas empresas en Aragón. En la última convocatoria sobre manifestaciones de interés «nos abrumaron los proyectos presentados», apunta. Los sectores más activos en materia de economía circular son la química, el plástico, la agroalimentación y metalurgia y aparatos eléctricos.

Un ejemplo de la pujanza de la economía circular es la convocatoria de ayudas para proyectos de i+D que se ha cerrado esta misma semana y a la que han concurrido 40 proyectos de inversión, según apuntan desde el departamento de Economía. Además, el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem) ha anunciado la convocatoria de subvenciones para desarrollar nuevos programas de formación en economía verde y circular dirigidos a trabajadores ocupados. La convocatoria cuenta con un presupuesto de más de 6,6 millones.

«Ahora es necesario incidir en la formación porque es uno de los retos más importante que tenemos por delante ante la necesidad de encontrar profesionales cualificado», subraya Gómez. Por ello se ha puesto en marcha el curso de Experto en Desarrollo de Economía Circular, que comenzará a finales de este mes. «Las empresas quieren profesionales de primer nivel», apunta Gómez, que afirma con rotundidad que este nicho de mercado «va a más sí o sí, sin ninguna duda».

Una apuesta sostenible

Precisamente, el pasado miércoles, el Consejo de Gobierno de Aragón aprobó un convenio con el Ministerio de Educación y FP y el Servicio de Empleo Estatal para calificar al CPIFP San Blas de Teruel como Centro de Referencia Nacional (CRN) en el área profesional Gestión Ambiental en el ámbito de la Formación Profesional. La apuesta por el medio ambiente y la sostenibilidad por parte de las empresas también se ha visto reflejada en el impulso de la economía circular.

Además, la directora general de Planificación y Desarrollo económico subraya que, al margen del ahorro energético, las ventajas medioambientales y el aumento de la competitividad de las empresas, la economía circular supone un ejemplo de colaboración, no solo entre las compañías sino también de estas con centros de investigación como Itainnova.

El informe del departamento de Economía refleja que Aragón tenía 1.200 empresas cuya actividad principal se corresponde directamente con alguna de las actividades incluidas dentro de la economía circular. Estas representan algo más de 7.300 empleos es decir, casi la mitad del total, lo que pone de manifiesto que la economía circular ha comenzado también a introducirse en la actividad de los autónomos o empresarios individuales de los que no existe información detallada todavía.

La mayor parte de la actividad directa vinculada con economía circular está protagonizada por el mantenimiento y reparación de vehículos, que representa el 46,3% de la actividad y el 48,5% del empleo.