La espiral de paros productivos en el sector del automóvil está provocando estragos en las factorías españolas. En el caso de Figueruelas, el cese de la actividad va a suponer la pérdida productiva de más de 5.000 vehículos solo esta semana, a razón de 1.800 vehículos cada día. La factoría aragonesa no tendrá actividad, como pronto, hasta la noche del próximo domingo, aunque ese extremo tendrá que ser confirmado por la dirección de la multinacional el próximo viernes. Por lo pronto, mañana no habrá producción en Figueruelas, según apuntaron ayer los representantes sindicales que viven con preocupación el último tramo del año. 

La incertidumbre es una constante en Stellantis Zaragoza, según reconocen los representantes de los 5.500 trabajadores que ya se han acostumbrado a los paros por la falta de semiconductores. «No sabemos cuándo va a terminar esto, pero en el sector se baraja que la escasez de microchips podría prolongarse durante todo el próximo año

Por lo pronto, el efecto en la caída de la producción ya se ha dejado notar en las exportaciones, que redujeron un 22% en el mes de julio por el desplome de las ventas al exterior de vehículos en un 67% en ese mismo mes.

La dirección y los sindicatos volvieron a analizar este martes la situación y trataron de buscar soluciones alternativas para amortiguar el impacto del cierre del turno de noche a partir del próximo 4 de octubre, lo que generará un exceso de plantilla que la multinacional ha cifrado en 650 personas. 

Distribuir la afección

Durante el encuentro, la compañía planteó fijar semanas alternas de erte con el fin de repartir el exceso de trabajadores, que rotarían para distribuir la afección entre la plantilla. Se trata de solo una propuesta que será analizada por los sindicatos.

En cualquier caso, también se están analizando otras medidas. Por lo pronto, la bolsa de trabajadores dispuestos a trabajar en la planta de Madrid o en Francia continúa creciendo. Aunque la compañía no ofreció datos, los trabajadores se están apuntando a las listas de voluntarios a «buen ritmo», precisó el presidente del comité, Rubén Alonso. El objetivo es que haya, al menos, 250 trabajadores que vayan a trabajar a otros centros. De esta forma, sería menor el número de empleados que entrarían en el erte por falta de semiconductores. La empresa ha ofrecido a la plantilla entre 2.100 y 2.900 euros mensuales para los que opten por ir a trabajar a Madrid hasta finales de enero. 

Otra de las cartas que quieren jugar los sindicatos es que puedan haber bajas incentivadas para los trabajadores que cumplen 60 y 61 años --alrededor de 100-- lo que también rebajaría la nómina de afectados por el erte. Sin embargo, la multinacional no accede a ejecutar esta medida.

Sea como fuere, ya todos dan por hecho que el próximo año tendrá que aplicarse otro erte ante la escasa perspectiva de que las cosas mejoren en el suministro de semiconductores. A los 5.500 empleados de Figueruelas se suman miles de trabajadores de plantas de toda España.