La empresa Iberfoil (Grupo Alibérico) implantará una nueva factoría de fundición y colada continua para, a partir de chatarras de aluminio, fabricar bobinas de este material en la localidad oscense de Sabiñánigo, donde ya cuenta con una fábrica que emplea a 110 trabajadores. El proyecto, que llega en plena escalada del precio de este mineral, se enmarca en el modelo de economía circular y contempla una inversión de más de 42 millones de euros y la creación de 40 puestos de trabajo directos en una primera fase (2021-2023), 75 en una segunda (2023-2025) y 400 más de forma indirecta. No obstante, parte del plan está vinculado a la obtención de ayuda de los fondos europeos de recuperación.

Las nuevas instalaciones tendrán 45.000 metros cuadrados de superficie y se levantarán junto a la planta que el grupo adquirió a Alcoa en el año 2018 tras la quiebra de esta filial, dedicada a la laminación de hoja fina para los sectores de farmacia y alimentación. La fábrica transformará las propias chatarras de Iberfoil y de otras plantas de Alibérico y de sus clientes en España mediante la fundición de las mismas en cinco hornos (uno rotativo, dos fusores y dos mantenedores). De esta forma, producirá aluminio líquido que alimentará a dos líneas de colada continua que fabricarán 25.000 toneladas de bobinas al año. 

Combustible verde

La inversión fue declarada hace tres meses de interés autonómico por el Ejecutivo autonómico para facilitar y acortar la tramitación administrativa. La tecnología del hidrógeno juega también un importante papel en el proyecto, que fue presentado este lunes precisamente en las instalaciones de la Fundación Hidrógeno Aragón en Huesca con la participación del vicepresidente y consejero de Industria de la comunidad, Arturo Aliaga, y del presidente del Grupo Alibérico, Clemente González Soler. En un futuro, los hornos de fundición de la nueva instalación se alimentarán al 100% con este combustible verde, que será producido localmente a partir de recursos renovables de la zona. Además de evitar las emisiones de CO2 asociadas a este tipo de procesos, la iniciativa contribuye al despliegue de la economía del hidrógeno en el territorio.

González Soler aseguró que, si bien se trata de un proyecto que aportará «mayor autonomía e independencia» al grupo, «nuestra voluntad es la de mantener, como hasta ahora, los acuerdos de colaboración y suministro con Aludium Amorebieta», principal proveedor de materia prima para la compañía. «En un mundo que va a ser cada vez menos global y más local», agregó, la seguridad de los suministros de las materias primas será «clave para la industria y la economía de los países».

«Con este proyecto se consolida una industria básica en la comarca del Alto Gállego, y más concretamente en la localidad de Sabiñánigo», destacó Aliaga, quien cree que también pone de relevancia «el papel preponderante que tendrá el hidrógeno como combustible en un futuro que ya empieza a definirse y en el que es evidente que Aragón ocupa un lugar fundamental».