La gestión innovadora de los recursos hídricos permite promover la economía circular y la innovación, luchar contra el cambio climático y mostrar compromiso social con los territorios donde opera.

Abastecer de agua potable a cientos de miles de aragoneses, ahorrar recursos hídricos esenciales en un contexto de calentamiento global, paliar el cambio climático apostando por las energías renovables, velar por la biodiversidad, cuidar de nuestros ríos, reciclar aguas residuales y obtener con ellas materiales de valor… Son tareas que diariamente lleva a cabo una empresa como Aquara, que se encuentra en la vanguardia del desarrollo sostenible en Aragón.

Este esfuerzo ganó actualidad este 25 de septiembre, cuando se celebró el aniversario de la aprobación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS) que forman la Agenda 2030, la hoja de ruta para un mundo mejor aprobada por todos los países en 2015.

«El agua es un bien escaso y esencial para el bienestar humano y gestionarla en nuestros tiempos se relaciona con buena parte de los ODS de la ONU. Eso sitúa a Aquara en primera línea frente a los grandes retos globales a los que nos enfrentamos», afirma Laura de Vega, directora de Desarrollo Sostenible de la compañía.

Sin embargo, no siempre se aprecia esta apuesta a simple vista. Abrimos el grifo y contamos de forma inmediata con agua potable y a un precio asequible. Nos deshacemos de ella, y alguien se encarga de reciclarla y devolverla al medio ambiente en buenas condiciones. Y, tras cada pequeño gesto de ese tipo, hay muchas personas y un gran esfuerzo de innovación para mejorar nuestra relación con el planeta.

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El avance para cumplir los ODS por parte de Aquara se puede apreciar con datos concretos. Como indica su Informe de Desarrollo Sostenible de 2020, recientemente publicado, de cara al cambio climático ha reducido ya el 100% de las emisiones de CO2 derivadas de su consumo eléctrico, gracias a proyectos basados en la energía renovable, la eficiencia energética y la movilidad sostenible. Estas y otras medidas han permitido «evitar la emisión de 1.087 toneladas de CO2 anuales, que equivalen a 2.290 turismos circulando 10 kilómetros al día todo un año», explica Pilar Capablo, directora de Operaciones de la compañía.

La eficiencia en la gestión de recursos hídricos es otra de las claves del éxito de la empresa. En 2020, Aquara ahorró el consumo diario de 730.000 aragoneses gracias al control de fugas, consumos no registrados y otras pérdidas. Son unas 28 piscinas olímpicas llenas de agua.  

Además, en las estaciones de depuración de aguas residuales que gestiona se transforman los lodos y otros desechos en materiales de valor, como abonos agrícolas. En 2020 fueron 85.694 toneladas de residuos valorizados, un 4% más que el año anterior.

El trabajo de Aquara con la sostenibilidad ambiental va de la mano con una intensa implicación social. Como señala José Ignacio Heredero, la empresa impulsó un pacto social centrado en tres ejes: «la solidaridad con los colectivos en situación de mayor vulnerabilidad, la ocupación de calidad y la reconstrucción verde generadora de empleo de calidad». Todo ello para no dejar a nadie atrás mientras se logra la tan deseada transición ecológica.

El mundo que deseamos se hace realidad ya gracias a la acción de empresas que velan por ese bien tan valioso -y al mismo tiempo olvidado- como es el agua.