Los técnicos en emergencias sanitarias en Aragón salieron en la mañana de ayer a las calles de Zaragoza para exigir la firma de «un convenio digno» que mejore sus condiciones laborales y para reclamar la internalización del servicio de ambulancias por parte del Servicio Aragonés de Salud. En torno a un centenar de trabajadores se concentraron en la plaza de España a las 11.00 horas bajo la organización del comité de huelga del transporte sanitario en Aragón, compuesto por integrantes de los sindicatos CGT, UGT, CCOO, SCS y CSIF.

Los técnicos llevan desde el pasado mes de marzo en huelga, aunque la incidencia en el funcionamiento de las ambulancias ha sido mínima al fijarse los servicios mínimos en el 100% de la plantilla. Los sindicatos ya llevaron a los tribunales este decreto e incluso llegaron a pedir «medidas cautelarísimas», aunque aseguran que todavía no han obtenido respuesta por parte del juez.

Enrique Alonso, representante sindical de CGT, denunció a este diario que llevan tres años sin convenio porque las entidades que gestionan el servicio «se niegan a sentarse a negociar» un nuevo acuerdo, lo que ha «congelado» sus salarios. El último acuerdo, afirma Alonso, se remonta al año 2018. «Y eso que hay una mesa de trabajo desde hace cuatro años, aunque nunca se ha reunido», asevera. 

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Protesta de los trabajadores del transporte sanitario aragonés Ángel de Castro

El servicio de ambulancias aragonés se divide en dos ramas, el área de urgencias y la de programado. La primera está administrada por el 061, mientras que la gestión de la segunda está externalizada a dos empresas privadas, Acciona y TranSalud. Por este motivo, los sindicatos exigen que el servicio se convierta en uno «totalmente público», algo que según Alonso ya se ha aprobado en Baleares y está en trámites en Navarra, La Rioja y País Vasco.

"Trabajamos 25 días al mes para cobrar 1.100 euros"

Por otro lado, los profesionales del transporte sanitario son muy críticos con la localización del servicio en las zonas rurales. Desde que una llamada de urgencia entra al móvil de uno de los técnicos, este tiene 15 minutos para prepararse antes de salir hacia su destino, lo que supone «una ralentización del servicio de urgencias». A cambio, los conductores del medio rural mantienen la guardia activa durante todo el día. «Estamos activos las 24 horas del día, pero solo se nos reconocen ocho horas presenciales», lamenta Esteban Fraj, representante sindical de UGT en el servicio de programado. En este sentido, Fraj critica que las condiciones laborales no han mejorado «ni un ápice» en los últimos tres años.

A ello se unen las «carencias» para cubrir bajas y las reducciones de plantilla y vehículos, sobre todo en los turnos nocturnos, según explicaron los organizadores de la protesta. «Cuando yo entré hace cinco años, en mi zona la flota era de cinco coches por las noches, pero ahora solo somos tres», asegura Esteban Fraj. Y a ello se suma el frenazo a las subidas salariales a causa de la congelación del convenio. «Al final, trabajamos 24 o 25 días al mes para cobrar 1.100 euros. Esto es por lo que protestamos», concluye.

Por último, los profesionales del transporte sanitario reivindicaron la falta de ambulancias y declararon que el Salud no cumple la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece una ambulancia por 25.000 habitantes.

En las próximas semanas, las manifestaciones se sucederán en Huesca, Teruel y Zaragoza (en el parque Pignatelli, en la sede de la DGA), con una periodicidad de una protesta a la semana.