El suicidio se considera, cada vez más, como uno de los problemas de salud pública a nivel mundial, también entre los jóvenes. De hecho, tres personas de menos de 18 años se quitaron la vida en Aragón el año pasado; y en 2019, lo hicieron seis de entre 15 a 24 años, siendo el 27,3% del total de muertes en esa franja de edad. Y aunque la incidencia en menores en Aragón no es elevada, es la segunda causa de muerte «no previsible» entre chavales de entre 15 y 24 años y la primera entre 25 y 44 años.

Fruto de esa preocupación, los centros educativos contarán con una guía con pautas para la prevención del suicidio en el ámbito educativo y un protocolo de acción inmediata, elaborada por un grupo de trabajo nacido en el seno del Observatorio Aragonés por la Convivencia y contra el Acoso Escolar, coordinado por el departamento de Educación del Gobierno de Aragón. Esta guía, presentada esta mañana, supone «una herramienta de información, sensibilización y formación» para atender al alumnado que experimenta este sufrimiento, según el consejero de Educación, Felipe Faci, un dolor que en muchos casos tiene que ver con el acoso escolar. Junto a él, la titular de Sanidad, Sira Repollés, ha asegurado que es necesario «crear espacios de convivencia que eviten el suicidio». Prevenir es el objetivo de esta guía que pretende «fomentar la autoestima» y formar una «sociedad más justa y mejor».

¿Qué ver?

Existen señales de alerta verbal y no verbal como expresar desesperanza o desesperación, cambios de conducta, aislamiento o el cierre de asuntos pendientes son avisos a los que hay que hacer caso.

¿Qué no hacer?

En ningún caso, ante un comentario suicida, hay que utilizar sarcasmos, criticar las ideas ni dejar de tomar en serio la información y las amenazas. Tampoco ocultar información a la familia.

Tratar el duelo

Tras consumarse la ideación suicida de un compañero, es conveniente dedicar un tiempo a expresar sentimientos, dudas y miedos para elaborar el duelo de forma sana y empática.

Y es en el ámbito educativo donde se puede en muchos casos «prevenir» y detectar «precozmente las ideaciones suicidas», ha reconocido Repollés, lo que requiere formación para los educadores. Por que aunque «hay pocos suicidios consumados» la «adolescencia es una fase vital de riesgo puesto que cambian las relaciones sociales».

Ahí es donde entra esta guía, que señala qué hay que hacer ante las ideaciones suicidas; y no es otra cosa que «escuchar y acompañar y no minimizar las preocupaciones y las situaciones de desesperación del alumnado», según ha dicho el director general de Asistencia Sanitaria, José María Abad, también presente en la puesta de largo del documento.

Los signos de alerta que hay que tener en cuenta son, ha aseverado Sira Repollés, «actitudes corporales, bajo rendimiento en el colegio», baja autoestima, cambio en cuanto a las relaciones personales con sus compañeros, poca capacidad de trasmitir emociones, aislamiento tanto en clase como con sus amigos, etc.

También es importante, según ha señalado Abad, ante un intento de suicidio «prevenir el contagio» de esas ideas; de ahí que los «compañeros tengan que estar atentos». Faci, en este sentido ha afirmado que «no hay que silenciar la pérdida de un compañero y hablar para que sean ellos los que muestren sus sentimientos y así ayudarles en su proceso de duelo.

Dos partes

La guía presenta dos partes claramente diferenciadas. La primera, dedicada a los centros educativos, presenta estrategias y mecanismos de prevención, detención y pautas básicas de actuación sobré qué se debe o qué no se debe hacer en caso de un posible caso de ideación suicida. La segunda, detalla un protocolo de actuación inmediata para poner en marcha mecanismos coordinados entre diferentes administraciones y, en caso de consumarse el suicidio, cómo tratar el duelo.

El protocolo incluye pautas concretas que deben ser interpretadas por los educadores y compañeros, como expresar desesperanza o el cierre de asuntos pendientes o redes sociales.

Y da a conocer también factores de protección que pueden adquirirse a través de herramientas trabajadas con la familia, el entorno social y el ámbito educativo y también de forma personal. Aquí aparecen las competencias socioemocionales, autoestima positiva, actitudes prosociales o sentimiento de pertenencia a un grupo. En cuánto al entorno familiar, es positivo contar con vínculos familiares satisfactorios y contar con personas de apego en el entorno más cercano.

Y en cuanto a la protección del entorno social, favorecer la relación de amistad entre iguales, las relaciones positivas con el profesorados, confianza en el entorno educativo y accesibilidad, para poder hablar de temas difíciles, expectativas positivas de desarrollo sociopersonal y educativo y gestión adecuada del ocio y el tiempo libre, tanto de forma individual como grupal. H

Existen señales de alerta verbal y no verbal como expresar desesperanza o desesperación, cambios de conducta, aislamiento o el cierre de asuntos pendientes son avisos a los que hay que hacer caso.

En ningún caso, ante un comentario suicida, hay que utilizar sarcasmos, criticar las ideas ni dejar de tomar en serio la información y las amenazas. Tampoco ocultar información a la familia.

Tras consumarse la ideación suicida de un compañero, es conveniente dedicar un tiempo a expresar sentimientos, dudas y miedos para elaborar el duelo de forma sana y empática.