El peatón como prioridad. Esta es la filosofía con la que se están diseñando los proyectos de reforma de la operación calles de Zaragoza, en los que se contemplan aceras más amplias, más zonas verdes y ajardinadas y menos espacio para los coches, también menos aparcamientos. Como dato: el 51% de la superficie de la avenida Navarra será de uso peatonal tras su reforma. Y en la calle San Miguel el porcentaje todavía será mayor, hasta el 93%. Además, ni las motos, ni las bicis, ni los patinetes podrán ocupar parte de las aceras ya que la nueva ordenanza de Movilidad prohibirá su estacionamiento fuera de los lugares habilitados. En resumen: más aceras para andar, renovadas y libres de obstáculos.

La operación calles no verá la luz hasta el año que viene, cuando se ejecutarán los proyectos que ha ido desgranando poco a poco el área de Infraestructuras. «No hablamos solo de ampliar aceras. Se transforma el espacio urbano, se hace accesible y más saludable con el propósito de mejorar la calidad de vida de los vecinos», explica la responsable del área, Patricia Cavero.

La pandemia y los paseos programados tras el confinamiento constataron la necesidad de crear más bulevares, zonas de paseo y calles más amables. Esto es lo que busca la reforma de la avenida Navarra, una antigua carretera con una circulación excesiva.

Un patrón que se repite en los barrios tradicionales y consolidados, que se diferencian de los más actuales por el espacio que dedican unos y otros al peatón. Nada tienen que ver las grandes avenidas con anchas aceras del Actur o Valdespartera con el entramado de callejuelas de Delicias. Incluso sus vías principales, con una anchura considerable, están diseñadas para el tráfico. Eso se ha acabado.

Más aceras y zonas verdes

Con la reforma de la avenida Navarra se aumentará el espacio dedicado al uso del peatón un 60%. Las aceras, que tendrán andadores ajardinados y zonas de descanso, pasarán de representar el 56% del total de la superficie, frente al 35% actual.

En la primera fase, entre la avenida Madrid y el paseo Calanda y en la que se invertirán 5,3 millones, se va a actuar sobre una superficie de 14.400 metros cuadrados, se reducirán a dos los carriles por cada sentido, las bicis tendrán su propio espacio y el verde cobrará un gran protagonismo.

Otra de las obras importantes será la de la calle San Miguel, donde se invertirá otro millón para extender la cota cero en el tramo comprendido entre las Jerónimo Blancas y Comandante Repollés, que pasará a ser semipeatonal. 275 metros y una superficie de 2.640 metros cuadrados que permitirán que en el 93,3% de su superficie total el peatón tenga prioridad sobre los coches. De hecho, el tramo compartido con los vehículos será de tan solo un 6,7%, cumpliendo así con otra reivindicación vecinal y de ciudad, ya que se trata de una de las calles más transitadas de la capital. Solo se permitirá la circulación de residentes y vehículos de reparto.

En San José, los vecinos de la calle Reina Fabiola temen los meses de obras, pero esperan poder pasear ya por una vía que será completamente renovada y que sumará espacio peatonal. Pasará de representar el 32% actual al 46%. Las aceras serán mucho más anchas, de hasta 5,4 metros, con árboles y bancos, y habrá diez metros de plataforma única en los pasos de peatones que se encuentran a la altura del mercado y en la intersección con Lorenzo Pardos. La inversión en este caso será de 1,6 millones para adecuar 400 metros.

En la calle Cuarte, de Torrero, el espacio para el peatón se incrementará un 90% porque, además de ensanchar las aceras, la calzada será de prioridad peatonal.