Ustedes se han propuesto conseguir que el guiñote sea declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial ¿cuáles son las bazas que esgrimen para hacer la propuesta?

Bueno, para empezar hay que decir que hace ya tres años que hicimos una primera solicitud al Departamento de Cultura de la DGA, pero la etnógrafa nos rebatió la propuesta alegando que el guiñote no era solo de Aragón y que aunque era un juego muy social a nivel etnográfico no cumplía. Nosotros entendemos que el guiñote como juego tiene un valor cultural y social indudable, de vertebración del territorio como centro de reunión de las familias y los amigos, además tiene una trayectoria histórica pues se sabe que al menos se lleva 200 años jugando en Aragón. Es verdad que no es exclusivo de la comunidad autónoma, pero también la jota se interpreta en otras comunidades.

¿Cuándo crearon la Asociación Aragonesa de Guiñote y con qué objetivos?

La asociación nació en Ejea de los Caballeros en 2015. Comenzamos cuatro amigos. Hoy somos 120 socios de todo Aragón y, obviamente, la intención es promocionar el juego. Organizamos torneos, jornadas culturales, exposiciones... pero también hemos elaborado un reglamento en formato deportivo, pues lo que queremos es deportivizar el guiñote, crear un marco competitivo. Por otro lado, para esa labor de difusión también trabajamos con las redes sociales.

Lanzarse a las redes es adaptar un juego tradicional a los nuevos tiempos. He visto que tienen una web, una página de Facebook y una ‘app’ para jugar al guiñote ‘online’. ¿Se plantean como una forma de atraer a la gente joven?

Las redes son una gran herramienta de difusión. El proyecto estrella es la app guiñotepro.es, que desarrolló uno de nuestros socios, Iván López, y en la que cada día entran a jugar al guiñote unas 9.000 personas de media. En el confinamiento llegamos a picos de 15.000. Y bueno, también es una forma de atraer a los jóvenes, de que haya un relevo generacional y se conserve el juego. Aunque en general estamos contentos pues hay muchos jóvenes que se apuntan a los torneos, sobre todo de los pueblos. El guiñote es un juego que está vivo.

Me han dicho que usted es un jugador peculiar, un estudioso que usa la estadística. ¿Pero no quedamos que en el guiñote lo que más pesa es la suerte?

Bueno, eso es lo bueno que tiene, que es muy democrático pues hay buenos jugadores, pero la suerte puede hacer que gane cualquiera. En cuanto a mi tipo de juego, soy profesor de Educación Física pero me encantan las matemáticas y empecé a estudiar estadísticas para optimizar algunas vías de juego que me hacen cambiar algunas jugadas que siempre han sido digamos tradicionales y a buscar fórmulas para contar y llevar la probabilidad de las partidas. Tiene una casuística, pero es verdad que el azar es fundamental.

Esto más que un juego empieza a ser una cosa seria ¿no?

Ja, ja. De hecho, a través de un profesor de la Universidad, Francisco López, un estudiante de matemáticas va a hacer el trabajo de fin de grado sobre un estudio estadístico sobre el guiñote. Y sí, queremos hacer del guiñote algo más serio que jugar una partida en un bar. Aunque al final la esencia realmente es esa. H