La salida de la crisis del coronavirus se ha topado en su camino con un duro obstáculo que está poniendo cuesta arriba la recuperación, una piedra en forma de escalada de precios que impacta de lleno en la economía doméstica. La inflación se disparó en Aragón al 4.4% interanual en septiembre, cuatro décimas por encima de la media de España (4%), impulsada por el encarecimiento de la electricidad y los carburantes, principalmente. Se trata de la tasa más alta en 13 años –desde septiembre de 2008–, tanto a nivel autonómico como nacional, según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La comunidad se sitúa además en el grupo de cabeza de las comunidades donde más está subiendo el coste de la vida, al registrar la quinta subida más intensa tras Castilla-La Mancha (4,8%), Galicia (4,6%), Castilla y León y Cantabria (4,5% en ambas).

Respecto al mes de agosto, el índice de precios al consumo (IPC) se han incrementado en Aragón el 0,8% en Aragón, igual que la media nacional. De esta manera, encadena siete mensualidades consecutivas sin abaratamiento alguno de los costes.

Los consumidores observan atónitos una escalada de precios en productos y servicios básicos que parece no tener fin. El encarecimiento está haciendo mella en sus bolsillos en pleno inicio del curso escolar y tras las vacaciones de verano, un periodo en el que se acumulan los gastos. Los costes de la energía son el gran detonante que ha disparado el gasto de las familias, lo que se traducen en un desembolso de entre los 50 y los 70 euros más al mes si se suman las alzas de la luz, la gasolina, el gas o el butano en los últimos meses. Esto supone entre 600 y 800 euros más al año. A este ritmo, la tradicional cuesta de enero se ha convertido en permanente.

Los últimos datos del INE confirman la escalada de precios en las materias primas más esenciales, destacando por su magnitud y el efecto directo en la factura de los hogares la electricidad, pero seguida muy de cerca por los carburantes, el gas y el butano, todos ellos servicios básicos e imprescindibles para las familias. Sólo el recibido acumulado de la luz supone un 44%, con una subida de nada menos que un 10,9% en este último mes.

Estas subidas se comienzan a trasladar a la cesta de la compra, según ha constatado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que ha analizado recientemente la evolución de 16 productos desde junio a septiembre. Las subidas de precio más significativas se han producido en los huevos (8,8%), la leche (7,8%), el lomo (6,4%), el pollo (5,8%) o el conejo (3,9%).

«Esto marca una tendencia que de seguir este desorbitado incremento de la electricidad, los consumidores vamos a pagar una segunda factura al tener que pagar más para llenar el carro de la compra», asegura Alejandro Marín Abad, delegado de la OCU en Aragón.

Inquietud por el invierno

Hay que tener en cuenta que se aproxima el invierno y no será el precio de la luz el único reto que han de afrontar los hogares, dado el importante papel que juega el gas o butano. Marín cree además que las medidas adoptadas por el Gobierno para hacer frente a la crisis energética «son insuficientes y coyunturales», ya que la coyuntura actual «exige reformas de calado y a largo plazo».

Desde la OCU recuerdan la situación de la bombona de butano, que es un 33% más cara ahora que hace un año. «Otra subida dolorosa para los hogares y sobre todo aquellos que dependen de este combustible para la calefacción y el agua caliente», subraya Marín. De momento no existe medida alguna para este producto, y en la próxima revisión de noviembre «posiblemente nos situemos en el máximo permitido por la normativa», augura.

Los estudios realzados por esta organización muestran que el presupuesto familiar ha descendido un 10,7% a lo largo del último año. Para Marín, este brusco descenso de los ingresos de la familia unido a un incremento del coste de servicios básicos «puede ser el caldo de cultivo para el empobrecimiento de todos los consumidores».

Llenar el depósito, un 30% más caro

En el caso de la luz, la OCU recomienda a las familias con dificultades que comprueben si tienen derecho al bono social eléctrico, que permite beneficiarse de descuentos del 25% al 40%. El acceso a esta tarifa bonifica incluye también una ayuda térmica adicional de entre 29 a 124 euros al año.

El precio medio de la gasolina súper de 95 octanos, una de las más utilizadas por los conductores particulares, se sitúa en Aragón en 1,47 euros en estos momentos, más de un 30% más que al comienzo de 2021. En concreto, 29 céntimos más de lo que costaba en enero y 34 por encima de la cifra de hace un año, según los datos extraídos del geoportal de gasolineras del Ministerio para la Transición Ecológica. Dicho de otra manera, llenar un depósito de 55 litros vale actualmente casi 16 euros más que el pasado mes de enero y 18,7 por encima de lo que costaba en junio de 2020.

Alzas no solo en la electricidad y los combustibles

El índice de precios de consumo (IPC), que sigue la evolución de los precios para 221 productos o servicios, revela subidas significativas que van más allá de las registradas en la electricidad y los combustibles, que se llevan la palma. En el caso de Aragón, una de las categorías que más sube al margen de la energía es la de transportes, con una alza anual del 10,2%, algo en lo que influye la carestía de los combustibles. Los restaurantes y hoteles se han encarecido un 2% en el acumulado de los últimos doce meses en la comunidad, la misma subida que han experimentado los alimentos y bebidas no alcohólicas. También se nota el alza en otros productos muy relacionados con esta época del año, como el vestido y el calzado, cuyos costes han repuntado un 1,1% desde septiembre de 2020, una décima más que los de los muebles y los artículos de hogar (1%).

A pesar de que la tendencia general de los precios es ascendente, hay algún capítulo que se salva de la escalada. En concreto, las comunicaciones se han abaratado un 2,8%y el ocio y la cultura una décima.