"El agua nos ahogó. Que el Sol no nos queme. Renovables sí, pero no así". La frase fue pronunciada por una vecina del valle de La Fueva (comarca de Sobrarbe) al inicio de las protestas contra la macroplanta fotovoltaica de más de 400 hectáreas que se quiere instalar en el Pirineo aragonés. Esta fue una de las proclamas aragonesas que ayer se hizo visible entre la multitud de pancartas que clamaban por el centro de Madrid contra el actual modelo de desarrollo de las energías renovables en España, una manifestación convocada por la Alianza Energía y Territorio (Aliente) que reunió a varios miles de personas llegadas desde diferentes zonas rurales de España, con especial presencia de vecinos de Huesca y Teruel.

Vecinas del valle de la Fueva claman por otro modelo de renovables. | EFE/ RODRIGO JIMÉNEZ

La frase condensa la historia de un territorio que padece, desde hace décadas, una despoblación rampante, y que ya sufrió en sus propias carnes el abandono forzoso por las aguas del embalse de Mediano para producir energía que abasteciera a los grandes polos industriales del país. Casi un siglo después, sus vecinos no quieren que la historia se repita.

"Somos pocos, pero no poco", rezaban otras pancartas. Un lema que a menudo utiliza el presidente aragonés, Javier Lambán, que ayer tuvo a dos de sus socios en el Pignatelli (Podemos y CHA) manifestándose en la capital de España. También lo dicen mucho desde Teruel Existe, que estuvo presente igualmente en la protesta y que lleva la voz cantante en las movilizaciones de la provincia contra lo que definen como una "invasión" de las macroinstalaciones de energía que se vende como "verde". Otro de los partidos políticos que se sumó a la marcha fue IU.

Más de 2.000 personas llenaron la puerta del Sol. | EUROPA PRESS/ RICARDO RUBIO

Más de 600 aragoneses unieron sus voces a las de otros afectados por la proliferación de las energías renovables al calor de la transición energética. Hasta ocho autobuses partieron a primera hora de distintos puntos de la comunidad autónoma; seis desde la provincia de Teruel, y otros dos desde Huesca y Zaragoza. La protesta superó los 10.000 manifestantes, según los convocantes. La Delegación del Gobierno no dio estimaciones sobre el número de asistentes a la protesta.

El aluvión de placas solares y molinos de viento que las empresas energéticas quieren desplegar por la llamada España vaciada se ha topado con un rechazo creciente en numerosas zonas rurales, algunas de ellas de Aragón. Rechazan estas inversiones millonarias por el impacto paisajístico y medioambiental de estas instalaciones, así como por los escasos beneficios que dejan en el territorio.

Matarraña y Maestrazgo

Uno de los puntos calientes en el rechazo de los aerogeneradores es la comarca turolense del Matarraña, de donde partieron tres autocares con destino a la capital del reino. Otro más lo hizo desde Cantavieja, en el Maestrazgo, otra de las comarcas donde más polémicas están generando estos proyectos. «Hoy (por ayer) se ha visto esa España despoblada de la que se están aprovechando las empresas energéticas para meter sus macroproyectos», señaló Javier Oquendo, portavoz de la Plataforma a favor de los paisajes de Teruel, quien consideró un éxito la manifestación por su «ambiente y contenido». «Hemos comprobado que hay mucha gente en la España rural que no ve justo este modelo transición energética», apuntó. En este sentido, confió en que se logre dar marcha atrás a muchos de los proyectos gracias a las alegaciones presentas. «Vamos a seguir peleando. No tenemos intereses personales, únicamente la conservación de nuestro territorio y su paisaje», concluyó.

La marcha, que discurrió bajo el lema Renovables sí, pero no así, reclamó que no se limite el reemplazo de los combustibles fósiles por fuentes de generación renovable y que la transición energética «beneficie a las personas».

Para Luis Bolonio, portavoz de Aliente, la actual situación en España con las energías renovables es «absolutamente insostenible», aunque puso de manifiesto que el problema está en el «modelo». La reclamación fue secundada por más de 160 asociaciones llegadas de toda España que marcharon en un ambiente festivo y animado por los bombos y tambores de Teruel por varias calles del centro de Madrid, a cuyo término en la Puerta del Sol se leyó un manifiesto.

En concreto, Aliente propone «un modelo de transición distribuido y justo que no se limite a reemplazar los combustibles fósiles por fuentes de generación renovable a gran escala, sino que aproveche esta oportunidad histórica para democratizar el acceso a la energía y reducir su impacto en el medio ambiente».

Respuesta del ministerio

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico reaccionó a la protesta. Fuentes del mismo señalaron que en el Gobierno son «conscientes» de que «incluso las tecnologías más limpias y sostenibles tienen impactos visuales, acústicos y espaciales y requieren infraestructuras para llevar la energía desde donde se produce hasta donde se consume». Para mitigarlo, explicaron, trabajan en construir un modelo energético «más distribuido y diversificado» mediante la promoción del autoconsumo o las comunidades energéticas locales.

«Sin embargo –matizaron– no podemos prescindir totalmente de los beneficios y eficiencias de los proyectos de mayor escala, que permiten aprovechar el recurso renovable donde es más abundante». En todo caso, «tenemos una normativa energética y ambiental garantista de ordenación del territorio que solo autoriza proyectos respetuosos con el medio e incorpora las medidas correctoras necesarias».

Pero en el territorio reclaman, precisamente, «más ordenación y planificación». «A nivel de territorio y población nos sentimos indefensos, porque vienen empresas con mucho dinero, dispuestas a pagar abogados, y nosotros somos pocos para hacerles frente, por eso pedimos una regulación justa», reclamó Carlos Espulga, portavoz de la Plataforma La Fueva no se vende. «Es un proceso especulativo. Viene una empresa, luego le vende los derechos a otra... Plantean tres parques eólicos que en la práctica son uno solo y ocupará más de 400 hectáreas», lamentó. Aunque guardan la esperanza de que los gobernantes les escuchen: «Un folio se rasga fácil; romper 200 folios a la vez es difícil».

Fuentes de Aliente concretaron que con su modelo pretenden «evitar que los beneficios de estas nuevas tecnologías, impulsadas por los fondos europeos con miles de millones de euros, se queden en manos de las grandes empresas del sector que controlan los precios del mercado, con el dramático resultado que estamos viviendo este verano».

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Jesús Villamón, del movimiento ciudadano Teruel Existe, criticó el modelo «colonialista y extractivo que pone los recursos endógenos de nuestra tierra a disposición de la España superpoblada». E insistió, como el lema de la manifestación, en que la protesta no es «contra» las renovables. «No las rechazamos porque es un modelo que permite crear energía allí donde se consume», incidió.

Desde La Fueva recuerdan que estas macroplantas no revertirán el problema de la despoblación, sino que lo acentuarán. «Ya hay estudios de lo que ha pasado en Belchite, donde nos llevan 20 años de ventaja. El medio rural no puede pagar el pato de todo», denunció Espluga.