Más de 400 aragoneses protestan este sábado en Madrid contra el actual modelo de desarrollo de las energías renovables en la convocatoria promovida por Aliente, la Alianza Energía y el Territorio, que aglutina a 160 asociaciones de toda España. Ocho autobuses parten a primera hora de este sábado de distintos puntos de la comunidad autónoma; seis desde la provincia de Teruel, y otros dos desde Huesca y Zaragoza, deteniéndose por varias localidades de las tres provincias, para converger sobre las 17.00 horas en Atocha e iniciar una marcha hasta la Puerta del Sol, donde reclamar, desde el epicentro del país, una «planificación ordenada» en el desarrollo de las plantas eólicas y fotovoltaicas. Teruel Existe, Podemos Aragón y CHA han confirmado su asistencia a la manifestación.

«Aragón tiene un tsunami de peticiones; superamos en tres veces el planeamiento previsto de implantación de estaciones de energía renovable», denuncia Jesús Sampériz, de Ecologistas en Acción, miembro de la Plataforma contra la Autopista Eléctrica y coordinador de los manifestantes que parten hoy de distintos puntos de Huesca y Zaragoza. «Se aprobó una proposición no de ley en las Cortes de Aragón para insistir en la necesidad de una planificación ordenada, y no se le hace ni caso», lamenta. En su opinión, es necesario «repensar el modelo urgentemente», y considera que «las empresas eléctricas están desbocadas».

Asimismo, señala que en la lucha contra la contaminación, es necesario «abrir más el debate». «La electricidad solo genera un cuarto de las emisiones de CO2, y sin embargo nadie habla de la contaminación del transporte marítimo y los aviones».

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Los vecinos del valle de La Fueva casi llenarán uno de los ocho autobuses, otro saldrá de Huesca y recogerá más manifestantes en Zaragoza, mientras que desde Teruel capital partirán otros dos, dos más desde el Matarraña y el Bajo Aragón, y dos más entre el Maestrazgo y el Jiloca.

«El actual modelo es un atropello a las zonas de la España despoblada que reciben una invasión de macroproyectos eólicos y fotovoltaicos que después ponen la energía al servicio de otros territorios», critica Jesús Villamón, de Teruel Existe, que considera que estas instalaciones se aprovechan de «una falsa etiqueta de energía verde». «Deja de serlo cuando se tiene que transportar la energía 300 kilómetros, con lo que se pierde un 30% en el camino. Eso no es sostenible», afirma. Por el contrario, piden un modelo que «revierta en el territorio», por ejemplo, fomentando el autoconsumo.