En la primera mitad del siglo XX, la colonia de emigrados aragoneses en las ciudades catalanes era notable. No obstante, estos comerciantes, catedráticos y gentes de clase media en general nunca olvidaron su tierra. En el seno de la Unión Aragonesista de Barcelona, un grupo de pensamiento que tenía inquietud por construir algo más que un simple recuerdo folclórico fundó la revista El Ebro, una publicación de referencia intelectual para los aragonesistas entre 1917 y 1936.

El historiador Carlos Serrano Lacarra ha analizado en el libro 'Ríos de tinta por Aragón, discursos por un país', editado por Rolde de Estudios Aragoneses y la Fundación Gaspar Torrente, los contenidos de una revista en la que publicaron de manera asidua personalidades tan relevantes como el propio Torrente, Domingo Miral o Julio Calvo Alfaro. «El Ebro es la tribuna desde la que gran parte de la emigración aragonesa en Barcelona muestra su inquietud por el valor de Aragón y apuestan por el pensamiento y la acción como impulso», expone Serrano. «Es un heraldo del pensamiento aragonesista que llega hasta Aragón», remata.

Los temas que se tratan son de lo más variado. Desde las vivencias de los aragoneses en Nueva York hasta la reclamación de constituir Aragón como una autonomía. «Había algunas personalidades que incluían los temas obreros y sindicales, como Felipe Aláiz (anarquista) o Gaspar Torrente, pero en general son republicanos y gentes de orden», asevera el autor. No obstante, aunque en el terreno ideológico y político se pudiera discrepar existía un horizonte común: reconocer la dignidad de Aragón en el propio territorio y más allá de sus fronteras.

La revista se desarrolla en años muy cruciales para la historia del mundo, entre 1917 y 1936. Unas veces quincenal y otras mensual, El Ebro vivirá acontecimientos como el fin de la I guerra mundial, la revolución bolchevique o la caída del sistema de la Restauración en España siempre desde una perspectiva aragonesista. De hecho, tal y como recuerda Carlos Serrano, hay artículos de Julio Calvo Alfaro con loas a la independencia de Irlanda, que vienen a decir algo así como «yo amo a Irlanda, la verde y libre, que se independiza del yugo inglés…».

Y siempre con un referente en la lejanía. «Esta gente es muy costista: a Joaquín Costa lo tienen en un altar. Publican artículos suyos aunque hace años que ha muerto. Son una especie de nuevos regeneracionistas», resume el historiador. Además, quienes escriben en la publicación durante sus casi 20 años de vida lo harán entrecruzando el regionalismo con el autonomismo, el federalismo y el nacionalismo. «Estas corrientes de pensamiento independiente y regionalista cuestiona el centralismo del Estado», apunta Serrano.

Los primeros años de vida de El Ebro son muy intensos, como también los tendrá durante la década de los años 20. La revista tiene inquietudes políticas pero también optan por ponerle una nota de color que acompañe la carga ideológica. Por ello, son habituales las colaboraciones literarias, crónicas de cualquier tipo o pequeños estudios sobre historia o economía.

Los autores y directores de El Ebro estuvieron muy influenciados por el ambiente burgués catalán, dado que era lo que respiraban en sus oficios y vidas de emigrados. «Aunque luego si había que defender cosas como los temas de frontera en la Franja lo hacían con fuerza», asevera Serrano. Aunque su pensamiento esté dirigido a las tierras de Aragón, no se dejan cegar por la política. «Son gente muy abierta de miras que mira al territorio pero que piensa en la Humanidad entera», concluye el historiador que publica este análisis.

El primer contacto con la revista El Ebro lo tuvo Carlos Serrano en el año 1993, cuando realizó la tesina de licenciatura sobre el eco que tuvieron la figura y la obra de Joaquín Costa en el aragonesismo. “Ahí me empecé a empapar de la publicación, haciendo una base de datos con varios números de la revista”, relata Serrano. Ahora, los fondos completos de la revista, digitalizados por la Hemeroteca Municipal de Zaragoza, se pueden consultar en la página web www.elebro.info/.