-El IAM ha puesto en marcha una plataforma digital para las emprendedoras del mundo rural. ¿Con qué objetivo nace IAM Rural?

-Es un espacio de conectividad entre mujeres y proyectos liderados por mujeres en el medio rural. Esta plataforma va a permitir localizar en el mapa de Aragón cuántos negocios hay, a qué se dedican, dónde están, qué ofrecen... También ofrece acompañamiento a través de nuestra asesoría empresarial y de la propia dinamización de la plataforma en aquellas cuestiones que necesiten ayuda. Otro objetivo es ofrecer formación y programar encuentros para que esas sinergias online permitan acuerdos entre emprendedoras para la venta de sus productos.

-¿Qué ayudas promueve el IAM?

-Contamos con una asesoría empresarial que trabaja en las tres provincias aragonesas y asesoramos y acompañamos a aquellas mujeres que deciden dar un paso en el mundo del emprendimiento. Además, ofrecemos talleres formativos a las comarcas para formar a las mujeres en diferentes competencias. Y organizamos encuentros que propicien el intercambio de necesidades para después poner en marcha formaciones y programas específicos en cada comarca o agrupación.

-¿Cómo ve la situación de las emprendedoras en el medio rural?

-No se puede hablar como algo aislado, hay que tener en cuenta la brecha territorial existente. Tenemos que conseguir que el medio rural tenga los mismos servicios y oportunidades que el medio urbano porque si no contribuiremos a agravar la desigualdad de género con la brecha territorial. Debemos trabajar de forma transversal desde todas las áreas para impulsar los servicios públicos y garantizar que nuestros pueblos estén vivos y las mujeres que deseen quedarse a vivir no lo hagan porque no les queda otra alternativa sino porque los pueblos sean lo suficientemente atractivos para que puedan tener allí su vida personal y profesional. Y, al mismo tiempo, impulsar medidas que ayuden a cerrar esas brechas, como programas específicos para el emprendimiento. Cuando las mujeres se quedan en los pueblos asientan territorio y es una manera de frenar la despoblación.

-¿Cuáles son los principales problemas de las emprendedoras?

-Hay que analizarlo desde un punto de vista global. Por un lado, las principales trabas que se pueden encontrar son la falta de recursos, por ejemplo en la conciliación. Desde el IAM estamos impulsando una batería de medidas enmarcadas en el Plan Corresponsables para que lleguen al territorio servicios en materia de conciliación y corresponsabilidad y las mujeres puedan incorporarse al mercado laboral teniendo garantizados el cuidado de sus hijos. Otro problema es la conectividad, por internet y carretera. Con el mercado digital se abre una oportunidad puesto que a las mujeres les permite establecer sus propios horarios y trabajar de forma conectada a la red. Cada vez hay más ideas de negocio que se articulan a través de internet y su ubicación no es tan importante.

-¿Cómo ha afectado el covid-19?

-En los contextos de crisis las desigualdades aumentan sino se aplican medidas con perspectiva de género. Vemos cómo la violencia contra las mujeres se agrava en el medio rural y hay mayor demanda de recursos de protección social. En el ámbito laboral, la pandemia ha traído una digitalización forzada que ahora se convierte en una oportunidad.

-¿Qué ofrece el medio rural?

-Calidad de vida, si desde las administraciones somos capaces de garantizar los servicios y los recursos. La pandemia ha evidenciado cómo hay gente que ha decidido irse a vivir al medio rural porque su negocio orientado al sector primario o a la digitalización puede ser más productivo y puede establecer su trabajo desde cualquier sitio y en un entorno más agradable que trabajar en una oficina en el centro de la ciudad.