La zaragozana Pilar Alegría (La Zaida, 1977) constató este fin de semana su ascenso en las filas del PSOE. Desde que cambiara su voto a Susana Díaz en las primarias de 2017 por el apoyo a Pedro Sánchez cuando peleó con su propia federación para defender su lista a las municipales en 2019, recibiendo el apoyo de Ferraz, la actual ministra de Educación ha ido ganándose la confianza del secretario general.

Pese a ganar las elecciones en 2019, no logró la Alcaldía de Zaragoza y apenas ocho meses después fue elegida Delegada del Gobierno en Aragón. Tras año y medio en el cargo, llegó una nueva llamada de Moncloa para tomar el relevo de Isabel Celaá.

Ahora adquiere peso orgánico en el partido, donde no tenía responsabilidades desde 2017. Alegría, diplomada en Magisterio y madre de un hijo, compaginará las responsabilidades socialistas con el ejercicio de Gobierno. Militante convencida, afiliada a la UGT en 2006, desde 2008 ha ostentando cargos en todos los niveles de la Administración. Ahora abre nueva etapa. Y aunque renunció a disputarle a Lambán el liderazgo del partido, está por ver qué hará en 2023.