Poco a poco, la normalidad, ya sea la nueva, la vieja o la que cada uno considere, vuelve a llenar de vida y ambiente las calles de Zaragoza. A medianoche se levantan restricciones y este será el primer sábado desde que irrumpió la pandemia en el que los locales de ocio nocturno, restaurantes y cafeterías, así como los mercadillos, comercios, piscinas y gimnasios podrán estar al 100% de su aforo. Las barras volverán a abrirse y las pistas de baile estarán de nuevo habilitadas. Un respiro para el sector pero seguro que también para muchos ciudadanos.

En El Tubo, una de las zonas de tapeo por antonomasia, el regreso de las barras era muy esperado. «En la zona hay muchos bares pequeños y tener la barra es fundamental porque si no estábamos muy limitados», explicaba este viernes David Mallor, de La Tasca de Pablo, en la calle Libertad. Los clientes, apuntaba, también llevan semanas mostrando sus ganas por poder apoyar el codo en su mostrador. «Para el Pilar nos costaba tener esto despejado y teníamos que avisar a mucha gente de que no se podía usar», decía Mallor.

El viernes, para conseguir más espacio y liberar la barra ha estado «retirando algunas mesas» y también va a mover un arcón que ahora impedía acercarse al mostrador. «Hay ganas», insistía Mallor.

En la calle, un hombre buscando donde «parar a repostar» también se mostraba muy a favor de la relajación de restricciones. «A mí la cerveza me gusta en vaso de tubo y tomármela en la barra. Eso sí, me gusta estar tranquilo, sin mucha gente alrededor, que sino es agobio y no sabe igual», reía el señor, de nombre Mariano «y nada más».

gimnasio Áccura Zaragoza: «Estamos contentos pero hay que quitar la mascarilla»

Las piscinas y los gimnasios son también espacios que se ven beneficiados por la ampliación de horario al 100%, una medida «positiva» después de «un año y medio de locura», reconocía este viernes Javier Regaño, director del gimnasio Áccura Zaragoza, aunque a media mañana decía que aún no tenían las medidas y «trabajamos a ciegas». Considera que todas las medidas "son positivas» y de hecho, creen que el cliente «tendrá menos frustraciones» y lo agradecerá, ya que trabajaban con una aplicación y había clientes que «no querían utilizarla» o no tenían un dispositivo acorde porque «es innecesario para venir a hacer actividad física». 

Las restricciones se irán suavizando en cuanto a las reservas de espacios en los próximos días, pero Regaño todavía tiene una reivindicación, y es que hay comunidades como Cataluña y Murcia que ya permiten el deporte en interior sin mascarilla siempre que haya metro y medio de distancia, pero en Aragón, aún no se contempla.  

En Bula Tapas, en la calle Mártires, Juan Carlos Loras preparaba pedidos. «Estamos contentos pero solo en parte porque pienso que lo de las barras va a ser algo momentáneo y luego lo quitarán. Va a ser casi más un incordio, pero bueno. Además me da miedo que, como no ha habido información clara ni se ha hecho una campaña de concienciación, la gente se amontone. Que los aforos estén al 100% no significa que no tengan que respetarse las medidas de seguridad, así que creo que yo solo dejaré entrar a una persona por banqueta o silla para evitar un llenazo», explicaba.

«Estoy casi temblando, ya te digo, porque nos va a tocar hacer de policía todo el rato y nos tocará pelear y avisar a varios clientes», añadía Loras, que apuntaba además a otra dificultad: «Está siendo complicado encontrar a trabajadores para completar. La hostelería es uno de los sectores que más ha sufrido con la crisis del covid y muchos se fueron del oficio y ahora no quieren volver».

Más allá de los comercios y los negocios de restauración y ocio, este será también un fin de semana de reestreno para las peñas, que tras 20 meses de pandemia podrán abrir de nuevo sus locales. En la mayoría han organizado actos para volver a reencontrarse, aunque primero tocará limpiar y reorganizar sus establecimientos.

Sin pasaporte

El ocio nocturno se considera uno de los más perjudicados por las continuas restricciones, que les han tenido cerrados casi 500 días y abierto el grifo con cuentagotas. Sus dos principales reivindicaciones, la pista de baile y la barra, ya son efectivas, justo al terminar la semana del Pilar. «Supone volver a la normalidad anterior», reconocía este viernes Ángel Valios, gerente de la sala Da Luxe, que por fin, podrá abrir hasta más allá de las seis de la mañana, justo cuando marca su licencia. Este viernes se mostraba «expectante» porque «no sabemos qué ocurrirá», señalaba, antes de añadir que «los viernes no son el mejor día». Él ya sacó a todos sus trabajadores del erte» y espera «trabajar mucho», pero también se muestra cauteloso. A media tarde, en el local todavía se mantenían las mesas y sillas en una parte de la pista de baile porque «vamos a aplicar la norma hasta el final», hasta la medianoche cuando se puede bailar y «servir en la barra».

Otra de las cosas que tiene clara Valios es que «no vamos a pedir el pasaporte covid. No lo hace nadie», afirmaba, para apuntillar después: «Si nos hubieran obligado, pues claro, pero ni los tribunales lo han apoyado». Tampoco lo solicitarán en el Rock & Blues porque «no nos facilitan una herramienta», aseveraba Pablo Cano, quien añadía que tendría que ser una medida «nacional» y que además «se pidiera en las tiendas, los restaurantes o el tranvía». Además, decía que si la intención era potenciar la vacunación, España está «muy por encima» de los porcentajes de Alemania, Francia y EEUU y «ahí llevan una vida normal», países, los europeos, donde «han tenido que cambiar la ley». Además, critica que la excusa fuera el derecho de admisión puesto que «no puedes dejar entrar al que esté en mal estado, borracho, sucio o desaseado o no tiene buen comportamiento» pero no «por no estar vacunado». Otro problema es pedir el certificado a un madrileño o un vasco que «allí no es obligatorio pero sí para entrar a un local aquí», por no señalar que en los locales pequeños tendría que solicitarlo el camarero.

En cuanto a los aforos, Cano se mostraba «contento» y eso que en el Rock & Blues se mantienen las mesas, pero «podrá haber gente en la barra y de pie», lo que con los conciertos «nos dará la vida». A partir de las 21.00 horas del viernes actuaba Kamikaze Helmets con un aforo para 90 personas y a medianoche ya podrían estar hasta 238, lo que permitirá que «cuando cerremos la terraza, la gente pueda entrar al local, cosa que antes no podían». Además, también han recuperado la figura del DJ, que lleva dos años sin trabajar.

Para Pedro Bellido, gerente del gustropub Bocachica, la medida «llega tarde» porque no tiene «ningún criterio científico» que después de la denominada semana cultural se llene el aforo. Desde Sanidad del Gobierno de Aragón no han tenido presente que desde después del Pilar y «hasta finales de noviembre son meses horrorosos». Y añadía: «Durante esa semana en la que podríamos haber llenado el agujero económico, todo el mundo estaba en la calle y nosotros al 50%».