Los paros y la reducción de la producción que vive el sector de la automoción desde principios de año por la falta de semiconductores (microchips) podrían extenderse a otras ramas de la industria pero este vez por culpa de los elevados precios que ha alcanzado la electricidad. Así lo advierten las patronales aragonesas, cada vez más preocupadas ante la carestía de la luz tras cuatro meses de subidas desorbitadas —el megavatio hora lleva diez días por encima de los 200 euros en el mercado mayorista—. Esta distorsión está haciendo saltar los plomos de las empresas que más dependen de la energía para sus procesos de producción o de las compañías electrointensivas, aquellas en las que este suministro supone hasta el 60% de sus costes.

A pesar de los malos augurios, por el momento tan solo dos factorías de la comunidad han optado por interrumpir parcialmente su actividad por este problema, pero la medida podría generalizarse si la crisis energética se prolonga, como así prevén los expertos. El paso siguiente sería la presentación de ertes. No obstante, algunas medidas del Gobierno podría aliviar la situación.

Los sindicatos comparten el nerviosismo, pero recuerdan que no es un problema europeo que no afecta solo a España y cargan también las tintas contra las eléctricas por amenazar con romper contratos eléctricos a clientes empresariales a pesar de seguir teniendo ingentes beneficios. «Pedimos a las empresas que sean prudentes en la adopción de medidas laborales», señala Ana Sánchez, secretaria general de la federación de industria de CCOO Aragón. «La situación es insostenible. Si esto sigue así, lo vamos a pagar caro como trabajadores y doblemente como consumidores», afirma José Juan Arcéiz, su homólogo en UGT.

Aunque los negativos están llegando a todo el sector secundario, el impacto presenta «grandes disparidades». Existe un número importante de casos en los que sus contratos están próximos a su vencimiento, por lo que prevén subidas que «en algunos casos van a cuadruplicar sus costes energéticos, poniendo en serio riesgo su competitividad», sostiene Jesús María Sahún, responsable comercial de Switching Consulting y delegado en Aragón de la Asociación de Empresas de Eficiencia Energética (A3e).También hay un gran número de casos en los que, pese a tener contratos firmados a largo plazo, han recibido comunicados por parte de su comercializadora rompiendo el contrato o renegociando al alza. Y son una minoría los que se están viendo beneficiadas de contratos a medio y largo plazo «muy beneficiosos y respetados por la comercializadora».

Máxima tensión en la industria electrointensiva

Entre los peor parados destaca la industria con consumo electrointensiva, grupo al que pertenecen empresas asentadas en Aragón como Air Liquide, Ercros, Carburo, Química del Ebro, Megasider (Megasa), Alumalsa, Saica, Draxton (Casting Ros), Tereos, UCB Cast Profil o Ferroatlántica, entre otras.

«Los precios eléctricos están poniendo en jaque la superviviencia en un año que debería ser de recuperación de la actividad», lamenta desde la patronal nacional de la industria de gran consumo (AEGE), a la que pertenecen varias de estas compañías. «El actual nivel de precios hace inviable la continuidad de algunas empresas, más cuando los futuros eléctricos indican que se mantendrán los dos próximos años», señalan.

Consejos para amortiguar la escalada de precios

Para hacer frente a la escalada de precios de la electricidad, lo primero que tiene que hacer las empresas es «conocer bien su historial energético y las previsiones para el próximo ejercicio», además de analizar la estructura interna financiera. Así lo recomienda Jesús María Sahún, responsable comercial de la consultora Switching Consulting y delegado en Aragón de la Asociación de Empresas de Eficiencia Energética (A3e). «Esos datos hay que contrastarlos con el comportamiento actual y el previsto de los mercados energéticos (electricidad y gas, entre otros) para trazar una hoja de ruta a corto y medio plazo», explica.

Una vez realizada esta radiografiá, Sahún aconseja a los clientes empresariales que traten de alcanzar contratos a precio fijo «con una duración a medio plazo que amortigüe los mercados de 2022» o apostar por «productos indexados con posibilidad de cierres cuando se detecten ventanas de oportunidad».

Según una encuesta de la patronal zaragozana del Metal (FEMZ) sobre las medidas adoptadas por sus asociados o que piensa aplicar para contrarrestar el alza, el 38% apuesta por soluciones de eficiencia energética y el 11% se plantea adaptar sus horarios de producción a los tramos más baratos. Otro 12% confía en utilizar otro tipo de energía o sistemas de autoconsumo y un 5% analiza reducir su producción. El 34% restante no sabe todavía qué hacer.

Ferroatlántica del Cinca, situada en Monzón, ha sido la primera empresa Aragón que ha empezado a aplicar parones productivos para por los niveles disparatados del precio de la electricidad. Sus hornos han dejado de funcionar cuatro horas al día, durante los tramos más caros, para ahorrar costes. Como industria electrointensiva, no es extraño la adopción de una medida de este tipo porque la variable de la luz es clave para su competitividad. 

La medida no ha tenido por ahora consecuencias en la plantilla, pero despierta inquietud tras el reciente recorte de personal que hizo la compañía, que provocó 42 despidos y 12 recolocaciones.

La planta de Arcelor Mittal de Pedrola, dedicada a la soldadura de piezas de acero para la industria de la automoción, también se está viendo afectada por las «pausas cortas y selectivas de producción» que el gigante siderúrgico ha decidido hacer en buena parte de sus fábricas en Europa.

El Metal zaragozano, en alerta

La Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza (FEMZ) está trabajando activamente para conocer el impacto del aumento del precio de la electricidad en las empresas del sector. La semana pasada mantuvo una reunión con un grupo de compañías que son grandes consumidoras de energía ante la amenaza de las eléctricas de suspender sus contratos de luz a precio fijo y esta semana lo ha hecho con empresas de menor tamaño que, por sus características, se están viendo afectadas igualmente.

Desde la patronal metalúrgica denuncian el «coste adicional» que se está imponiendo a las empresas y «la impotencia de no poder hacer nada para evitarlo». Pese a implantar medidas de eficiencia energética y ahorro de consumo, apuntan, «el tipo de actividad que realizan con máquinas 24 horas funcionando, por ejemplo, les está obligando a plantearse decisiones más radicales».

Paralelamente, la FEMZ ha realizado una encuesta entre sus asociados de la que se desprenden datos muy preocupantes. El 92% ha notado el aumento del precio de la electricidad en la factura y, en consecuencia, un 59% indica que deberá repercutir la subida en sus precios. Un 5% reconoce que se plantea adoptar medidas drásticas como ertes o eres y un 3% advierte que, de continuar esta situación, puede suponer el cierre de su negocio.