El debate del uso de las mascarillas en los recreos de los centros educativos está sobre la mesa. La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fue la que levantó la liebre al señalar que ya no sería obligatoria en los colegios madrileños si se mantenía la distancia de 1,5 metros; es decir, que siguen con la mascarilla. Otras comunidades, como Valencia, también se lo plantean. En Aragón, sin embargo, desde Sanidad se apuesta por seguir con el tapabocas, una medida en la que discrepan los especialistas.

El epidemiólogo Juan José Badiola califica de «temerario» plantearse de momento que los niños se quiten la mascarilla en los recreos, mientras que Nacho de Blas cree que en este momento «no es necesario utilizarla en menores de 12 años a pesar de que no estén vacunados».

Badiola reconoce que al ser al aire libre el riesgo es menor pero «es imposible garantizar la distancia porque los niños juegan», además de considerar que «están acostumbrados y casi no se quejan» por llevar el tapabocas. También explica que la pandemia «sigue ahí y en Aragón todavía existe riesgo medio», así que al estar «sin vacunar y sin distancia me parece temerario quitar la mascarilla».

Nacho de Blas se muestra a favor de eliminarla en los patios de los colegios por la baja incidencia actual y teniendo en cuenta que «al aire libre la probabilidad de contagio disminuye enormemente», al mismo tiempo que añade: «La situación inmunitaria de ese grupo no es de 0% inmunizados ya que un porcentaje de ellos han sido notificados como casos a lo largo de estos meses y han adquirido inmunidad natural».

En cuanto a que en los recreos no existe la distancia de seguridad de 1,5 metros, señala que «tampoco en las terrazas de los bares y no es un problema excesivo», puesto que ese espacio «tenía sentido para una transmisión por gotículas a corta distancia» pero se mantenían poco tiempo en el aire; y en el caso de la transmisión por aerosoles, cuando las partículas son más pequeñas y permanecen más tiempo en el aire, «si los niños están en movimiento, estarán en el lugar donde están los aerosoles» poco tiempo.

Sí que afirma que si la situación cambiara y aumentara la incidencia «quizá habría que replantear volver a usarla en los patios» pero tal y como está, se puede retirar la mascarilla en ese espacio, pero sigue considerando recomendable usarla en los desplazamientos del aula al patio o cuando estén en fila.

Las asociaciones de padres se muestran a favor de mantenerla ya que da «seguridad», aseguran. Desde la Federación de asociaciones de padres y madres de alumnos de Aragón (Fapar) reconocen que, «aunque todos estamos deseando quitárnosla» entienden que, junto a la vacunación, «es una medida de prevención que ha surgido efecto» ya que ha evitado muchos contagios entre los menores. Además, reconocen que en este momento en los patios de los centros «se prima la relación que se puede establecer» entre los pequeños, ya que el año pasado estaban sectorizados y no se podían mezclar los alumnos de diferentes clases, una situación que ahora se permite, por lo que consideran más positivo esa interacción ya que tener distancia es «antipedagógico y antisocial».

Por eso, se remiten a Sanidad y apuntan que «ellos determinarán» que es lo mejor con criterios científicos, una postura que también defienden desde la Federación cristiana de asociaciones de madres y padres de Aragón, ya que creen que mientras no se pueda mantener la distancia es «mejor» que se mantenga la mascarilla, porque «nos da seguridad» a las familias.