Durante los últimos dos años en los que no se han celebrado los tradicionales actos de la Semana Santa las redes sociales se convirtieron en la forma perfecta para llegar a los fieles y continuar con la labor de difusión y exaltación propia de las cofradías. Además, estas novedades supusieron en la mayoría de ocasiones un mayor acercamiento a los fieles y especialmente a los más jóvenes. El objetivo de cofradías y hermandades es que, aunque este año se puedan retomar las procesiones, esta forma de diálogo se mantenga para la posteridad.

La pandemia del covid19 y cómo esta ha afectado a la celebración de la Semana Santa ha sido el tema de discusión de la segunda jornada del XV Encuentro de Cofradías Penitentes de Aragón celebrada este domingo. Valle Laya, hermana mayor de La Humildad de Zaragoza; Ignacio Navarro, vocal de Patrimonio de La Sangre de Cristo de Zaragoza; Carmen Caudevilla, hermana mayor de la Eucaristía de Ejea e Ignacio García, vicepresidente de la Junta Coordinadora de Cofradías de Semana Santa de Zaragoza han participado en una mesa redonda moderada por José María Sebastián, hermano Delegado de Formación de la Piedad.

En este momento y con la mirada ya puesta en las celebraciones que se espera que puedan acompañar a la Semana Santa de 2022, las cuestiones pasan por decidir si recuperar la tradición en su más estricto nivel o mantener todas las novedades en forma de interacción social que se incluyeron durante los dos últimos años.

El debate se ha centrado en si una cofradía inmersa en el siglo XXI está dejando atrás a todos aquellos integrantes que por su edad no consumen estos tipos de contenido online. Los cuatro ponentes han estado de acuerdo en que es necesaria una implicación que sirva para que todos los cofrades se sientan inmersos de nuevo en la hermandad.

Por otro lado, los distintos representantes han afirmado que la pandemia ha dificultado en la mayoría de ocasiones seguir formando parte de la cofradía. Los expertos han coincidido en que cuanto menos se haya mantenido la fe más complicado va ser el poder recuperar la voluntad y volver a encontrar su identidad en la parroquia.