La 'marcha negra', la movilización de los efectivos del operativo anti incendios aragonés, regresa esta tarde a las calles de Zaragoza. Los bomberos, agrupados en la empresa pública Sarga (dependiente del Gobierno de Aragón) y en las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF, dependientes del Gobierno de España), denuncian unas "precarias" condiciones laborales y una falta de reconocimiento "real" de su categoría, así como de las competencias que desarrollan en labores de contingencia.

La manifestación partirá a las 19.00 horas de este viernes de la plaza San Miguel y finalizará frente a la Delegación del Gobierno en Aragón, cuya sede se sitúa en la plaza del Pilar. Según han explicado esta mañana el delegado de CGT en Sarga, David Blanco, y el delegado de CGT en Tragsa y miembro de la BRIF de Daroca, Jorge Farled, los miembros del operativo están sometidos a las carencias en prevención de riesgos laborales, a la falta de formación y a los "problemas de conciliación familiar por las guardias, con jornadas interminables cuando se dan los incendios". Además, reclaman la eliminación de unas pruebas de aptitud física anuales que de suspenderse suponen la "despidos inmediatos" de su profesión.

En este sentido, ponen el foco en las "promesas incumplidas" del Gobierno de Aragón. "Los políticos prometen muchas cosas que nunca llegan. Es una pena que las mejoras siempre hayan llegado después de las tragedias", ha lamentado esta mañana David Blanco, el delegado de CGT en Sarga. "Dicen que las inversiones llegarán para dentro de 5 o 6 años, y al final lo acaban haciendo con cuentagotas", denuncia Jorge Farled.

La categoría conllevaría, dicen desde CGT, una "mejora sustancial" en cuanto a las condiciones laborales, como lo son el reconocimiento de enfermedades profesionales, una formación acorde para el trabajo desempeñado y unos coeficientes reductores para la edad de jubilación. Además, supondría un reconocimiento "real" a su participación en otro tipo de emergencias como son las contingencias en el medio rural y natural, por ejemplo, las borrascas Gloria y Filomena, que dejaron zonas enteras incomunicadas "mientras el colectivo engrosaba las filas del Inaem", denuncian. "Actualmente, las bomberas y bomberos forestales que se queman las pestañas protegiendo el monte y el patrimonio natural y rural aragonés están contratados como peones de la caza y de la pesca, que nada tiene que ver con la labor desempeñada", aseguró Blanco.

Una huelga desconvocada en verano

Por otro lado, miembros del operativo de extinción de incendios forestales reclaman a los políticos la creación de una mesa de diálogo. Lo hacen después de un caldeado verano en el que el director general de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Diego Bayona (Podemos), dictase una orden que atendía varias de las reivindicaciones de los efectivos del operativo. Dicha orden fue revocada dos semanas después por el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Joaquín Olona (PSOE), lo que acrecentó las protestas de los trabajadores de la empresa pública Sarga (de la que el propio Olona es presidente) y les llevó a convocar una huelga para principios de septiembre.

El barullo político se solucionó, al menos de forma provisional, con la renuncia del director gerente de Sarga, Jorge Díaz Zaera (ahora gerente de la Universidad San Jorge), por el "desgaste personal y profesional". El comité de la empresa desconvocó los paros tras alcanzar un acuerdo que tildaron de "histórico" por el convenio alcanzado y las mejoras logradas. No obstante, los delegados sindicales apuntan ahora que las condiciones firmadas están "vacías de contenido".

Por ello, David Blanco ha criticado este viernes la falta de entendimiento entre la dirección general y la Consejería, dado que han creado un problema político que ha desembocado en "caos" para los trabajadores del operativo. Durante el tiempo que todo estuvo parado, alrededor de dos meses, fueron los propios bomberos los que continuaron con la formación y el mantenimiento del material del operativo, según han asegurado ambos delegados sindicales este viernes en rueda de prensa.

10 años de protestas

Las movilizaciones de la 'marcha negra' comenzaron hace diez años, y solo el covid las frenó el año pasado. Los dos colectivos llevan más de 10 años en mesas informativas, campañas de sensibilización en comercios, mociones en ayuntamientos, entrevistas en comarcas, visitas a partidos políticos, concentraciones, huelgas "interminables" y numerosas manifestaciones. Toda esta lucha social y laboral debe a que "creen en el oficio que desarrollan, porque aman su profesión y aman los pueblos que habitan y esta profesión debe ser reconocida e instaurada", aseguran.