ENCUESTA DE COYUNTURA

Optimismo moderado de los economistas: el 66% cree que 2022 será un buen año para Aragón

Las previsiones de los expertos son peores para España y mejores para el conjunto de Europa. Apuestan por reducir el gasto público y los impuestos personales y les inquieta la "degradación" de la política y las "imposiciones del populismo"

José María García y Javier Nieto, del Colegio de Economistas de Aragón, en al rueda de prensa.

José María García y Javier Nieto, del Colegio de Economistas de Aragón, en al rueda de prensa. / EL PERIÓDICO

Zaragoza

Optimismo moderado entre los economistas aragoneses sobre cómo será 2022. El 66% de estos profesionales cree que el próximo año será bueno o muy bueno para la comunidad autónoma, casi el mismo porcentaje (61%) que ve malo o muy malo el presente ejercicio, lo que coincide con la percepción general de que la salida de la crisis del coronavirus está encarrilada. Sin embargo, las perspectivas para España son algo peores: la mitad piensa que la marcha del país será positiva y la otra mitad, negativa. Para el conjunto de Europa, la visión es más favorable que a nivel autonómico y nacional, ya que llegan al 75% quienes vislumbran que un devenir halagüeño,

Así lo revela XI encuesta de coyuntura elaborada por el Colegio de Economistas de Aragón, que ha sido respondida por 274 de sus socios, lo que se considera una “muestra representativa” de los 1.594 profesionales que forman el colectivo en la comunidad, con un grado de fiabilidad del 95%. El informe ha sido presentado en rueda de prensa por el decano de la institución, Javier Nieto Avellaned, y José María García, miembro de la ejecutiva.

Los problemas de la economía española que más preocupan son, en este orden, el “clima de degradación política”, las “imposiciones del populismo” y la debilidad del país en las relaciones exteriores, tres cuestiones que preocupan al 87%, al 85% y al 84% de los consultados, respectivamente. Para el 67%, también es motivo de inquietud “la información políticas polarizada de los medios de comunicación”, y para el 65%, el conflicto independentista de Cataluña, aunque sobre esta última cuestión se percibe una “desinflamación” del problema en relación a las encuestas anteriores.

Menos preocupación por las pensiones

También ha cambiado el termómetro de los problemas sobre los efectos de algunos hechos económicos. Lo que más preocupaba del escenario nacional en la época pre-covid era el futuro de las pensiones, que ahora pasa a ser cuarto asunto que más desasosiego genera (72%), por detrás de los elevados niveles de deuda pública (86%), el desempleo (83%) y el aumento de las insolvencias empresariales (76%)

Las principales medidas de políticas fiscal que recomiendan los economistas aragoneses son reducir el déficit el techo de gasto público (el 73% lo apoya), la bajada de impuestos personales (72%) y la transparencia en la gestión de los fondos europeos (65%). El colectivo se muestra sin embargo escéptico sobre las medidas fiscales medioambientales (el 52% lo ven irrelevante o poco importante) y rechaza mayoritariamente (61%) aumentar la recaudación del IVA revisando los tipos.

Sobre los factores que más incertidumbre introducen en el devenir de la economía, el asunto al que más relevancia se da son las relaciones internacionales de los grandes bloques, seguido de la evolución de la pandemia, los ciberataques, los riesgos geopolíticos. El cambio climático aparece en el quinto lugar.

Simplificación de trámites

A nivel de Aragón, los problemas que más preocupan son la falta de apoyo a la I+D+i, la dependencia de sectores concretos, la carencia de capital humano para el desarrollo de las TIC, la inadecuada dimensión de las empresas, el desempleo y el déficit de infraestructuras. Sobre las medidas adoptadas por el Ejecutivo autonómico, el 81% considera que no se ha hecho nada o lo suficiente para la simplificación de trámites administrativos, algo que resulta contradictoria con la nueva ley sobre esta materia aprobada en fechas recientes con el visto buenos de las organizaciones patronales.

También hay una insatisfacción mayoritaria sobre las medidas aplicadas por la DGA para la adecuación de la formación del capital humano a las necesidades de las empresas –así lo creen el 76%- o para la mejorar de la intermediación financieras (72%). Lo que sí ven en vías de solución el impulso de las plataformas logísticas, el fomento de los clúster y redes de microempresas, el apoyo a la intermediación o el acceso a los fondos europeos Next Generation.

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