Javier Lambán fue quizá quien puso el contraste en las jornadas turolenses al hacer un análisis muy particular de la realidad de la despoblación y alejarla "de mitos y de timos", al enfrentar la realidad incluso para aquellos románticos que piensan que se puede dar marcha atrás.

"Hay quien cree que se puede volver a hace 150 años y hay quien está haciendo negocio. La planta poblacional española está hecha a la medida de los siglos XII y XIII, cuando había que tener la casa cerca del trabajo. Era una economía paupérrima donde se vivía del monte y de la caza. Eso saltó por los aires cuando el país se industrializó y aparecieron fenómenos de migración, en este proceso que no estamos empezando sino terminando", dijo el jefe del Ejecutivo, que dejó el repaso histórico correspondiente: "Desde el siglo XVIII, con la llegada de los Borbones, el país se construyó con un punto de vista centralista en detrimento de la España interior. En ese momento ya se empezaron a beneficiar los territorios que más se quejan ahora, Cataluña y el País Vasco», algo que no empezó a cambiar hasta la Constitución del 78 y la llegada del estado de las autonomías".

¿Qué puede hacer Europa por la España que se despuebla? Era la pregunta de la mesa en la que participó Lambán junto a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. "El problema no lo tenemos en Europa, lo tenemos nosotros", dijo el presidente aragonés, que cree que su tierra, aun con problemas, "va saliendo adelante" y que volvió a reclamar políticas concretas "como que la financiación autonómica mejore sustancialmente y haya un desarrollo armónico que contemple el coste real" de los servicios en cada territorio y no una PAC que impida al medio rural avanzar con agricultores y ganaderos "competitivos".

Según Lambán, a lo que debe aprender el medio rural es a utilizar razonablemente el espacio y los recursos, "y no pretender que en la Sierra de Albarracín viva la misma gente" que a principios del siglo XX. "No hay que alimentar estúpidamente al personal», manifestó el presidente, que pidió no albergar "sueños románticos".

La aspiración del Gobierno de Lambán es tener un modelo propio de energía que permita usar "el cierzo, el bochorno y el sol" para tener "un modelo propio" y reducir la factura eléctrica de los aragoneses.