"Diseñar una política de cohesión territorial y social que nos abrace a todos, independientemente de cuál sea nuestro código postal». Ese fue el deseo que el secretario general para el Reto Demográfico, Francesc Boya, lanzó ayer en la Jornada sobre Revitalización del Medio Rural celebrada en el salón de actos del edificio de Caja Rural de Aragón coincidiendo con el Día Universal del Orgullo Rural. Una cita organizada por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, con el patrocinio de Caja Rural de Aragón, que pudo seguirse en streaming a través de la web del diario.

 Boya destacó que en los últimos 50 años se ha producido un éxodo del mundo rural y, al mismo tiempo, un fenómeno de concentración urbana masiva, que prácticamente ha aglutinado al 80% de los ciudadanos de este país. «En España hay 4.000 municipios con una densidad por debajo de los 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado donde coinciden dos circunstancias: la masculinización y el envejecimiento de la población ». 

El director de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, Nicolás Espada, ha presentado el acto JAIME GALINDO

Tras recordar las gráficas «preocupantes» de la España Vaciada, Boya señaló que «estamos hablando de un problema de equilibrio territorial y de falta de oportunidades», que calificó como el «elemento clave y crucial» a la hora de tomar la decisión de dejar el medio rural para asentarse en el urbano. Pero también destacó que existen «razones para el optimismo», porque «estamos ante un reto de país, un desafío enorme que llega en un momento de gran oportunidad porque hay una sensibilidad política y también social, que reconoce y comprende esta situación». 

El director general de Caja Rural de Aragón, Luis Ignacio Lucas JAIME GALINDO

Brechas estructurales

Ahora mismo el medio rural se enfrenta a una serie de brechas estructurales que debe resolver para revertir la situación, como son la brecha entre el mundo rural y urbano, pero que se acrecienta con otras brechas como la de género, la generacional y la digital, siendo esta última la que puede marcar la diferencia en cuanto a oportunidades de futuro en el medio rural. «Las nuevas tecnologías son un gran aliado y el mundo rural no puede perder ese tren». Para ello, por ejemplo, el Gobierno central ha destinado 250 millones de euros para llevar a cabo el Plan Único con el que el año que viene el 95% de la población estará conectada. 

Pero no solo eso, el mundo rural tiene mucho que aportar a la sociedad del futuro y a los paradigmas que marca esa sociedad a nivel ambiental y social. Por ello, Boya reconoció que es necesario «vincular la sostenibilidad ecológica y la cohesión socio-territorial y poner en valor la capacidad del medio rural de responder a estos retos de la sociedad». Destacó que eso hay que hacerlo «desde la política pública» y con «medidas cuantitativas», pero también «articulando una gobernanza entre todas las administraciones». 

Los tres presidentes de las diputaciones de Aragón, en la clausura de la jornada JAIME GALINDO

Punto de inflexión

Además, destacó que nos encontramos en un proceso de inflexión y el reto de las políticas públicas es determinar cuál debe ser ese cambio de dirección». Y reseñó que es momento de «rescatar todo el potencial del medio rural porque es un lugar de oportunidades».

Pero más allá de las políticas públicas cuantitativas, las inversiones que pueda realizar el Estado y que son importantes, Boya señaló que la solución va más allá y pasa por «escribir un nuevo relato del medio rural », a partir de la pregunta: «¿cómo diseñamos este país para que los territorios estén equilibrados y las oportunidades y la riqueza se reparta por todo el territorio?».

Lo primero que hay que tener presente es que, aunque la realidad de la baja demografía la comparte el 70% del territorio nacional, «no se puede hablar de ruralidad sino de ruralidades y singularidades». Solo así «podremos saber dónde y cómo encontrar soluciones para revertir ese éxodo», apuntó. Es decir, no existe una receta única para revitalizar los territorios, ya que hay que tener en cuenta sus particularidades.

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Boya también insistió en que para cambiar ese relato y esa realidad del mundo rural se necesita innovar. Y no innovar entendido solo como innovación tecnológica. «Hemos de ayudar a los alcaldes y al medio rural a construir esos espacios de innovación, que no son espacios físicos, sino procesos de transformación». En este escenario, añadió que «la política pública debe hacer un esfuerzo como nunca antes para corregir el desequilibrio territorial», pero este no será suficiente. «Necesitamos la voluntad de los pueblos para querer dibujar un proyecto de futuro diferente por el cual se puedan ilusionar las personas que viven y las que quieran vivir allí», concluyó Francesc Boya.