Los expertos en economía ya lo pronosticaban. La carestía de las materias primas, el imparable incremento del precio de la luz y el sobrecoste en el transporte han generado una tormenta perfecta que ya descarga sobre la cesta de la compra. Y con la Navidad en el horizonte, la tempestad amenaza directamente a las mesas de los hogares.

El ternasco, el marisco, el pescado... hasta el pan ha subido de precio en las últimas semanas. Pocos sitios como el Mercado Central de Zaragoza sirven como mejor termómetro para evaluar la situación tanto de compradores como de vendedores y proveedores.

«Llevo 30 años vendiendo carne y nunca había visto una subida tan gorda del precio del ternasco», comenta David Pueyo tras el mostrador de su puesto un miércoles con el mercado a rebosar. Este comerciante tiene la paletilla de ternasco a 17,90 euros el kilo, cuando el año pasado, por estas mismas fechas, la vendía a 10,90 euros. «Esto es un tema de escasez de género», revela Pueyo. Unos puestos más allá, Antonio, de Maestros de la Carne, dice que no saben en qué cifra se fijará el precio de la cesta de la compra. «No le vemos techo», deja caer. Ahora vende los 10 kilos en canal a 118 euros más IVA. En noviembre de 2020, estaba a 85 más el impuesto.

Otros productos como el cochinillo o la ternera siguen a precios del año pasado, explican ambos carniceros. Eso sí, la carestía lleva a los hogares a innovar con el menú navideño. «La gente recela de llevarse el ternasco. Ahora estamos vendiendo mucho cachopo con foie, por ejemplo. Los menús están cambiando», apunta Pueyo.

Pescados y mariscos

No mejora la cosa con los productos del mar. José Luis López, de las pescadería homónima, vende besugos, rapes y lubinas a diestro y siniestro. «Los clientes están comprando ya por si acaso sube aún más el precio», explica. «El kilo de rape está ahora a 29,90 euros. El año pasado lo vendía a 22», asegura este pescadero, que apunta al coste en el transporte y los temporales en alta mar como los culpables de la escasez. Incide en que la subida más fuerte es la de las últimas semanas, aunque piensa que no el sobrecoste no lo puede repercutir en el cliente. «No somos ni de un día ni de dos, sino de todo el año. Si un día no se puede ganar dinero, al menos nos quedamos con la satisfacción del cliente y su confianza», apunta López. Y los mariscos confirman la tendencia. «El langostino de Huelva lo tengo a 35, 10 euros más caro que el año pasado», dice Ana, hermana de José Luis. «Claro, es que el género me lo traen de Galicia, y con lo que ha subido el diésel para los barcos y los camiones...».

La frase la firma otro pescadero, Pedro Huerta. «El kilo de besugo ha pasado de 49 euros [como en 2020] a 63 en apenas dos semanas. Y los carabineros cuestan ya 40 euros más que en 2020, están a 130», lamenta. Una joven clienta apunta que «sí que se nota que cuesta más comprar» mientras se deshace en elogios a su pescadero de confianza.

Así están los precios de los alimentos navideños este año respecto a los de las mismas fechas en 2020.

Así están los precios de los alimentos navideños este año respecto a los de las mismas fechas en 2020. José Martínez

Verdulerías y charcuterías

Luis Gracia muestra, entre todo el género de su frutería, un racimo de uva blanca. «Ha subido un poquito pero tampoco mucho», manifiesta. Ni la luz ni el transporte han afectado sobremanera a este tipo de comercios, aunque dice Gracia que en cuanto a ventas «la cosa está tibia». Coincide Julio Artigas, de Frutas Gurruchaga en que el incremento del precio no es como para asustarse: «El cardo lo tengo barato, a 1,90 el kilo, y la borraja no pasa de 1,10». Aunque por subir, sube hasta el pan. «Todas las barras cuestan entre cinco y quince céntimos más. Esto es culpa de la luz», resume Greicy, la vendedora del puesto del horno de San Blas. «Los clientes protestan, por supuesto, pero creo que al final es algo que entienden», asevera la joven.

No obstante, también hay comerciantes que difieren de la opinión general. En la charcutería Constan dicen que los precios «son estables todo el año». «La campaña va bien, para qué nos vamos a quejar», reflexiona el dueño entre risas. No está de acuerdo Carmen, otra charcutera, que defiende que el jamón de corte ha subido dos euros el kilo, algo parecido a lo que lo ha hecho el queso. «Esto es subida, subida y subida», sentencia.

Tan solo queda un mes para las fiestas navideñas. Entre la resignación y el sobrecoste se mueven compradores y vendedores en el Mercado Central de Zaragoza. Si hay techo para los precios, nadie alcanza todavía a vislumbrarlo.