Tres jóvenes zaragozanos, Sofía Gómez Palacios, Inocencio Lázaro Alonso y Álvaro Henche Casanova están poniendo su granito de arena para construir la Unión Europea del futuro. Forman parte de un proyecto del Parlamento Europeo que suma las voces de 800 ciudadanos de los 27 países miembros, elegidos de forma aleatoria, para abordar los grandes retos del proyecto común, como el cambio climático, las migraciones, la posición de la UE en el mundo, el futuro de los jóvenes, la justicia social, la transformación digital o la educación.

Un experimento de participación ciudadana a gran escala que implica la movilización de miles de euros y recursos --por ejemplo, de traductores-- para desarrollar una serie de debates que tienen tanto formato presencial como telemático. Los tres jóvenes zaragozanos, con edades comprendidas entre los 20 y los 23 años, han viajado ya a Estrasburgo (donde comenzó todo) y prevén hacerlo a otras ciudades entre diciembre y enero para seguir ahondando en las temáticas de análisis.

Sofía Gómez es una de los tres zaragozanos participantes en este proceso impulsado por el Parlamento Europeo. EL PERIÓDICO

«Me gusta mucho la política y la sociología política, pero he dejado de lado mi opinión sobre la política española para centrarme en el análisis del tema que nos propusieron a mi grupo, el cambio climático», explica Sofía Gómez, que acaba de terminar un máster en sociología política y es trabajadora social. Su equipo de debate también analiza el futuro de la UE en temas relacionados con la salud. «Hemos conocido las diferencias entre los sistemas sanitarios de los país, y hablamos a todas las horas de la salud mental, y de la creación de un sistema de salud europeo», explica.

Inocencio Lázaro, estudiante de Administración y Dirección de Empresas (ADE), forma parte de uno de los equipos que analiza la posición de la UE en el mundo y las migraciones. «En mi grupo estamos croatas, búlgaros, un finlandés y españoles, por lo que vimos las distintas perspectivas de la UE en función de los estados miembro», recuerda. Una visión que poco tiene que ver en países como Croacia y Finlandia, por ejemplo. «Los compañeros de Bulgaria y Croacia están más crispados con la Unión Europea, ya que perciben que no hace lo suficiente por ayudarles, y critican los problemas de corrupción y la migración de intelectuales de su país», señala. Para él, precisamente uno de los valores de formar parte del proyecto común es «poder movernos por Europa sin problemas al cruzar las fronteras de cada país».

El zaragozano Álvaro Henche analiza en su grupo de debate cuestiones como la Educdación, el deporte o la justicia social. EL PERIÓDICO

En el caso de Álvaro Henche, también estudiante de ADE y del máster en Auditoría, las sesiones versaron sobre las iniciativas para hacer el deporte más inclusivo y los retos para paliar la brecha de género. «No sabía que la Unión Europea llevaba este tipo de iniciativas, como la lucha contra la brecha de género... No somos conscientes de que hay gente en la UE buscando soluciones», manifestó. Pese a todo, en este ámbito concreto, Henche ve difícil llevar al terreno de la prácticas las propuestas que surgen en las asambleas ciudadanas. «Como iniciativa lo veo bien, pero igual a la hora de implementarlo depende más de cada país», reflexiona.

Los tres zaragozanos esperan que sus aportaciones y las de los otros 797 europeos que comparten ideas sobre estos y otros asuntos puedan llegar a buen puerto.

«Hasta que no vea las propuestas concretas sobre el papel, y vea que se cumplen, no estaré convencida del sistema, porque además solo 800 ciudadanos es una participación muy escasa para representar a tantos millones de personas», señala Sofía. Un grupo de «embajadores» llevará sus propuestas ante el Parlamento Europeo. «Que los políticos se reúnan con nosotros quiere decir que quieren escucharnos, pero hace falta también que apliquen estas medidas», reflexionan