-¿Qué servicios ofrece el Puerto de Barcelona? 

-El Puerto de Barcelona se caracteriza por su diversificación. En sus muelles se mueve todo tipo de mercancías, tanto contenedores de importación y exportación como productos energéticos, automóviles nuevos, productos agroalimentarios o cruceros. Pero no solo eso. El Puerto de Barcelona es el principal hub logístico del sur de Europa, un nodo intermodal para el comercio exterior que ejerce no solo de puerta de salida de las exportaciones europeas, sino también de puerta de entrada de mercancías llegadas de todo el mundo y aliado logístico de las empresas.

-¿De qué manera su actividad se ha visto afectada por la pandemia?

-Fue un parón sin previo aviso. De repente, todos nos quedamos en casa y eso se notó. Aunque el Puerto de Barcelona no dejó de operar en ningún momento. Incluso en los momentos más duros, la Comunidad Portuaria se volcó para dar servicio y mantener las cadenas logísticas en funcionamiento. Algo que se logró si tenemos en cuenta que los ciudadanos no sufrieron en ningún momento problemas de desabastecimiento. Desde principios de año, sin embargo, la situación ha mejorado mucho. Nuestros tráficos están creciendo de forma importante. Como ejemplo, en contenedores estamos aumentando el tráfico en alrededor de un 30%, superando incluso los datos prepandemia. 

-¿Cuáles son los beneficios a corto y largo plazo de haber incorporado un representante del Puerto de Barcelona en Aragón?

-La apuesta del Puerto de Barcelona por Aragón viene de lejos, materializándose en el año 2000, cuando, junto a distintos socios aragoneses, se crea la Terminal Marítima de Zaragoza (tmZ), una plataforma de servicios logísticos para importadores, exportadores y operadores de la región. Hoy operan en esta terminal una media de 60 trenes semanales, la mayoría de los cuales tienen su origen o destino en el Puerto de Barcelona. El proyecto de TMZ, que es ya la primera terminal ferroportuaria de España, ha ido creciendo y las relaciones entre el Puerto de Barcelona y Aragón, también, por lo que se ha hecho necesario contar aquí con un representante. El puerto ha dado un paso más allá para continuar invirtiendo y apostando por Aragón y también por Rioja y Navarra, poniendo a una persona para que siga manteniendo ese contacto sobre todo con el tejido empresarial de exportadores e importadores, pero también para detectar nuevas necesidades, nuevos servicios.

-¿Cuál es el posicionamiento de Aragón dentro del mundo de la exportación e importación de mercancías?

-Aragón es hoy una de las comunidades autónomas con mayor grado de internacionalización de España y su tejido productivo es muy competitivo en los mercados globales. Las soluciones logísticas ferroportuarias, como las que ofrece el Puerto de Barcelona, han sido fundamentales en el proceso de internacionalización, ofreciendo servicios logísticos y ferroviarios fiables y con una alta frecuencia y eficiente conectividad marítima, permitiendo a las empresas aragonesas posicionar sus productos de manera rápida, fiable y competitiva en cualquier lugar del mundo.

-¿Con qué infraestructuras logísticas de Aragón trabaja el Puerto de Barcelona? 

-Interactuamos con todas. La más importante es la terminal marítima, porque de ahí salen actualmente seis trenes diarios, pero también con las otras terminales que hay en Plaza, la de Adif, la TIM de Monzón; es decir, que de alguna manera el puerto se nutre de todas sus plataformas logísticas. La idea es fomentar más el ferrocarril de cualquier terminal, pero el mayor volumen sale de la terminal marítima. Hay también contenedores que viajan por carretera, por temas de tiempo o disponibilidad de equipos. Al fin y al cabo, el transporte multimodal va en ese sentido, se priorizan unos servicios o se refuerzan.

-¿Qué puede aportar Aragón al Puerto de Barcelona y qué aporta el Puerto de Barcelona a Aragón?

-Yo creo que es una retroalimentación, de alguna manera la función del puerto es estar atento e intentar anticiparse a las necesidades. Hay que pensar que cuando se construye una infraestructura en un puerto, sea cual sea, es un proceso muy largo, con inversiones muy cuantiosas. El puerto intenta detectar cuál es el tejido empresarial a nivel de rutas, a nivel de volúmenes, para dimensionar estas infraestructuras; y al revés, el puerto, contando o compartiendo esos planes, en este caso, con el tejido empresarial de Aragón, hay que orientar el camino que se debe seguir. Para el Puerto de Barcelona, Aragón o este corredor del Ebro, después de la zona geográfica de Cataluña, es su cliente más importante. 

-Desde el Puerto de Barcelona se están llevando a cabo iniciativas encaminadas a la sostenibilidad. ¿Cuáles y en qué consisten?

-La digitalización y la sostenibilidad son claves para la logística. El Puerto de Barcelona ha empezado a implementar su IV Plan Estratégico 2021-2025, que establece unos objetivos a corto, medio y largo plazo y la planificación de las actuaciones que habrá que realizar en los próximos años. Con respecto a la sostenibilidad medioambiental, el objetivo es impulsar una transición energética a través de la generación de energías renovables, la electrificación de muelles o el fomento de combustibles más limpios, descarbonizar la actividad portuaria. De hecho, el puerto tiene una memoria de sostenibilidad bajo los 17 ODS de la ONU, y de alguna manera ahí se está trabajando con todos los actores que están involucrados para ver dónde impacta y con ellos decidir la estrategia. Es algo local, porque interviene con la ciudad, no solo con el ayuntamiento sino también con la comunidad que está alrededor del puerto, y después con diferentes actores como las navieras, con las empresas de transporte, con los clientes y las terminales. Porque al final todo eso impacta, el hacerlo más sostenible es una gran preocupación. 

-¿Cuál es la tendencia de futuro en el ámbito del transporte y la logística? ¿Cómo se prepara el Puerto de Barcelona para este futuro?

-Vamos hacia la intermodalidad. Antes había medios de transporte que parecía que dominaban; ahora vamos más, sobre todo en largas distancias, a combinar. Aquí la tecnología ayuda mucho; traspasar mercancías de un medio a otro, si todo está bajo un paraguas digital, es más fácil. Es complejo porque físicamente tienes que moverlo, pero a la vez le da más flexibilidad porque en un puerto puede haber un cuello de botella, pero la informática ayuda a decir cuál sería la alternativa. Las compañías se están centrando cada vez más en el análisis de lo que llaman mapas de riesgos: analizan cual es la ruta natural, pero si existe algún obstáculo, como puede ser que haya un volcán, unas huelgas o que se haya producido una nevada, diseñan cual sería el plan B, y eso va ligado a la intermodalidad. Se tiende a hacer ese tipo de análisis puesto que, como cada vez es más compleja la cadena de suministros, también se añaden factores que no controlas, como pudo ser la pandemia.