“Son datos preocupantes”. Con estas tres palabras, la consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales, Mayte Pérez, ha sintetizado las cifras relativas al número de llamadas registradas por el teléfono de emergencia del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) por casos de violencia machista durante los 9 primeros meses del año.

En concreto, entre enero y noviembre recibieron 1.994 llamadas por este motivo, un 40% más respecto al 2019, el año más fiable para realizar esta comparativa, según ha sostenido Pérez, debido a la situación excepcional de un 2020 marcado por los efectos de la pandemia, el confinamiento y el estado de alarma.

Si hace unas semanas los números del balance de criminalidad del Ministerio del Interior entre enero y septiembre arrojaba un desorbitado aumento de un 136% de las violaciones en Aragón respecto a hace dos años, los datos que ha presentado este miércoles el IAM viene a ofrecer la otra cara de la misma moneda. Y todo ello, en conjunto, apuntala la tendencia detectada el pasado mes de julio por la Casa de la Mujer, que alertaba del aumento de peticiones de socorro después del confinamiento

"En 2019, las llamadas por casos de violencia machista suponían un tercio del total de las llamadas recibidas; en 2021 representan ya dos tercios. Son datos preocupantes", ha expresado Pérez durante la rueda de prensa para hacer balance de este periodo.

Pérez traduce la realidad que decodifica el informe del Instituto de la Mujer como una señal para "aumentar los esfuerzos de cooperación, concienciación y asesoría a las víctimas" y mandar el mensaje a los agresores de que "contamos con los recursos necesarios para perseguirle".

La consejera ha traducido la realidad que decodifica el informe del Instituto de la Mujer como una señal para "aumentar los esfuerzos de cooperación, concienciación y asesoría a las víctimas" y mandar el mensaje a los agresores de que "contamos con los recursos necesarios para perseguirle". No en vano, cada hora se denuncian 17 casos de violencia de género en España y una violación cada cuatro horas.

Sobre el perfil de los atacantes, la directora del IAM, María Goikoetxea, ha apuntado que no existe un único prototipo, sino que son "diversos" y de todas las franjas de edad. Una radiografía que coincide con las advertencias de la Casa de la Mujer, que hacía hincapié en la memoria de la primera mitad de año que se había desbordado por los costados las peticiones de ayuda de las mujeres entre 35 y 50 años. Ahora cada vez son más jóvenes o de edad avanzada aquellas que piden ayuda. 

En este sentido, Goikoetxea sí ha dejado claro que, en contra del mito que habla del agresor como un desconocido que se da de bruces con la víctima, la mayor parte de los maltratadores proceden del entorno de la víctima. Hombres a los que ya conoce y con los que comparte un entorno que percibe como "seguro". 

Grados de riesgo

Desde el año 2007 y para caminar hacia ese objetivo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado deben completar un cuestionario ante casos de violencia machista para evaluar el grado de riesgo existente para la mujer. Este sistema, denominado Viogén, funciona como una suerte de semáforo que, a través de 39 preguntas, ayuda a determinar la gravedad de la vulnerabilidad de la mujer, de "extremo" a "no apreciado".

En la actualidad, en Aragón hay 9 mujeres en peligro "alto" o "extremo", los dos escalafones más elevados de este indicador y a los que se les asigna el mayor grado de protección. En este momento hay 1.599 casos activos en seguimiento por parte de la policía en toda la comunidad.

En el caso de las mujeres clasificadas en el estadio más alto de riesgo, los agentes someten a una vigilancia intensiva cualquier movimiento del agresor y realizan una protección permanente tanto a la víctima como, en el caso de tenerlos, a sus hijos.

Un peldaño por debajo, en el peligro "alto", el control de los movimientos del agresor es aleatorio y suele trasladarse a la víctima a un centro de acogida, casa de un familiar u otro domicilio si no se ha localizado al agresor.

Te puede interesar:

Sin embargo el operativo de protección a través del sistema de Viogén tiene sus limitaciones. ¿El fundamental? El capital humano. La plantilla en la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón presenta un déficit de personal y, actualmente en labores de protección hay tan solo once agentes, es decir, cada uno lleva a más de 100 mujeres. Esta situación tiene sus momentos más críticos en periodos como fiestas y vacaciones.

Otro de los puntos flacos es que tampoco recogen denuncias, pese a que el Ministerio del Interior creó esta unidad también con esta intención. De ahí que sindicatos como el SUP, abogados especializados en esta materia y colectivos como Somos Más soliciten esta especialización que ya llevan a cabo con mujeres víctimas de la violencia sexual, pero no por malos tratos. Es decir, que las denuncias se centralicen en policías especializados y no en cualquier comisaría.