Aragón trabaja para ser más verde, social y digital y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son el vehículo que transita por ese camino hacia la Agenda 2030. ¿En qué momento nos encontramos?

Estamos, espero, al final de una pandemia y trabajando de pleno para la recuperación social y económica. Si el compromiso con los ODS fue importante en 2018, ahora lo es más que nunca. Hemos visto cómo el covid ha facilitado un clima compartido a salir juntos de esta, a salir mejores, a no repetir errores del pasado y a acelerar las transformaciones que estábamos emprendiendo. Ahora encaramos un momento muy importante, la llamada década de acción que empieza con un empujón muy importante en forma de fondos europeos Next Generation EU que se suman al resto de inversiones y reformas en marcha.

¿Qué políticas se llevan a cabo desde el Gobierno de Aragón?

El presidente Javier Lambán me nombró comisionado en su gabinete para coordinar las políticas de todos los departamentos y es imposible que las enumere todas aquí. Sí aseguro que todas las estrategias sectoriales y todas las acciones del Ejecutivo, tanto propias como en alianzas, ayudan a conseguir los ODS. Por ejemplo, la Estrategia Aragonesa para la Recuperación Social y Económica. Esto se puede ver en la web que hemos habilitado para ello (www.aragon.es/-/agenda-2030), que enlaza a recursos como los indicadores del IAEST y a herramientas como Visualgob que permite ver cada línea del Plan de Gobierno cómo contribuye a los ODS.

Para mí lo más importante es que dentro del cuatripartito se ha utilizado la Agenda 2030 como elemento de cohesión, y que cada consejería ha asumido los ODS como propios. Esto además está en consonancia con lo que hacen otros niveles de gobierno, en Europa, España o las entidades locales, con quienes también tenemos que coordinarnos y ser coherentes.

¿Cuántas empresas aragonesas llevan a cabo acciones vinculadas a los ODS?

De una forma u otra todas las empresas contribuyen a los ODS aunque no lo digan, ya que el ODS 8 trata del trabajo decente y crecimiento económico. La mayoría de empresas o los autónomos se esfuerzan cada día en mejorar su productividad, en modernizarse, y cada vez más incluyen entre sus estrategias los temas no financieros, los aspectos sociales y ambientales. La I+D para la sostenibilidad y la responsabilidad empresarial son fundamentales. Desde el Gobierno de Aragón se impulsa el sello RSA (Responsabilidad Social de Aragón) y cada vez hay más empresas con él. Según los datos del IAF (Instituto Aragonés de Fomento), se ronda el millar de empresas ya.

¿Es suficiente la inversión pública y privada para acometer los ODS?

Suficiente no es porque siempre vamos a necesitar mucho más y no vamos a resolver todos los problemas de aquí a 2030. Pero en estos tres últimos años sí hemos visto un importante cambio de tendencia en los grandes fondos de inversión y en las políticas económicas de todas las potencias del mundo, hacia la sostenibilidad. Cada día se habla menos de PIB o de la cuenta de pérdidas y ganancias, y más de sostenibilidad. También pasa en la gente y los modelos de consumo.

Aquí en Aragón estamos con cifras récord en presupuestos públicos para los servicios sociales y para inversiones y también estamos atrayendo mucha inversión privada. Estamos en una situación privilegiada pero no podemos acometer todas las inversiones necesarias. Por ejemplo, para resolver todos los problemas de eficiencia energética en las viviendas de Aragón se están dedicando más fondos que nunca aunque es imposible llegar a todas, y esto pasa igual en muchos otros temas: en las inversiones para mejorar las tuberías y evitar pérdidas de agua, o para digitalizar todos los procesos de la administración. Aunque no se llegue a todo, trabajamos por maximizar los resultados y lo importante es que todos los pasos, que se dan en la buena dirección, cada vez son más importantes.

¿Cuántas entidades locales han mostrado su compromiso?

De la mano de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP) se impulsó la Red Aragonesa de Entidades Locales para la Agenda 2030 y ya cuenta con más de 260 adheridas entre municipios, comarcas y diputaciones provinciales. Esto es muy importante porque se han comprometido a orientar sus políticas locales e inversiones hacia los ODS. Me consta que están haciendo un esfuerzo muy importante en formación, en comunicación y, sobre todo, para la llamada Agenda Urbana que es uno de los pilares de los fondos de recuperación.

¿Qué papel juegan los ciudadanos en la Agenda 2030?

Protagonista en muchos sentidos. El civismo y la responsabilidad de cada uno, el cómo nuestras decisiones impactan en lo colectivo, lo estamos viendo por ejemplo a la hora de vacunarnos. También es muy importante tener los ODS presentes a la hora de comprar alimentos o ropa, o de irnos de viaje. En la decisión, cada vez miramos más allá de la calidad y precio, también el impacto ambiental y social. Al reciclar, al reducir el uso del coche o al cuidar de nuestra gente… así hacemos la Agenda 2030 de forma directa todos los días, no solo cada cuatro años a la hora de votar que, por supuesto, también es importante.

¿En qué acciones destaca Aragón?

No me gusta utilizar los ODS a modo de carrera para decir que somos mejores que otros. Está claro que somos un continente y una región privilegiadas, pero estemos mejor o peor siempre tenemos que seguir haciendo todo lo que esté en nuestra mano.

Dicho esto, sí destacamos a nivel nacional en aspectos tan importantes como tasas de desigualdad o riesgo de pobreza. El último indicador Arope nos puso entre las tres mejores comunidades, por ejemplo. También estamos a la cabeza en empleo, en diálogo social, en generación de energías renovables, en calidad de sistema educativo, en confianza en los sistemas sanitarios, etc. Esto significa no solo que estamos bien para los ODS sino que Aragón es uno de los mejores sitios para vivir y para invertir de España y de Europa.

Hoy es 25-N, día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres. ¿Qué papel desempeña la Agenda 2030 en este problema social?

Si no hay igualdad de género la Agenda 2030 se queda debilitada porque esa desigualdad es una de las principales causas de los retos a los que nos enfrentamos como sociedad. Este problema tiene en la violencia contra las mujeres su expresión más horrorosa, una auténtica lacra que debemos combatir con todas nuestras fuerzas, todos los días del año. Por eso, y para ello, existe el ODS 5 dedicado a la Igualdad de género que se vincula con todos los demás. Por ejemplo con el ODS 1 de Fin de la pobreza, el ODS 3 de Educación o el ODS 16 de Paz y justicia. El Plan de choque de Aragón empieza por una colaboración interinstitucional y siempre hay que reconocer tanto el papel de la sociedad civil como de las fuerzas de seguridad del Estado.