Las fechas de rebajas se caracterizan por la gran cantidad de anuncios y reclamos que las tiendas muestran en vitrinas y escaparates. Es prácticamente imposible no saber en qué momento se están llevando a cabo los descuentos. El Black Friday no es una excepción.

Se calcula que al menos un tercio de la población tiene problemas relacionados con un consumo impulsivo. Además, entre un 3 y un 5% de las personas han desarrollado una patología grave que tiene que ver con las compras y que está afectando de manera grave a su día a día.

Las épocas de rebajas y descuentos suponen para las personas que presentan este tipo de patologías médicas periodos muy complicados ya que la tentación de comprar a la que toda la población general se ve sometida se multiplica hasta niveles exponenciales en el caso de este tipo de pacientes.

Javier Garcés, psicólogo del Colegio Profesional de Psicología de Aragón y una de las mayores referencias en cuanto a temas de consumismo con más de 30 años de investigación a sus espaldas, apunta a que «el problema no está en comprar muchas cosas que no necesitas, el verdadero problema llega cuando, para poder comprar, estás gastando el dinero que no tienes y acabas por endeudarte, es ahí cuando los pacientes piden ayuda».

El perfil de una persona que ha desarrollado un trastorno de consumismo compulsivo, aunque es muy amplio, se centra en adultos entre los treinta y los cincuenta años pero que llevan ya mucho tiempo acarreando el problema. Los estudios indican que se tarda unos diez años de media en que una persona pida ayuda y se la comience a tratar. Según el psicólogo, se empieza a los veinte con el primer acceso a la tarjeta y el consumismo acabará por derivar en créditos y un endeudamiento que termina por ser insostenible. «Un paciente con esta patología nunca pide ayuda por estar comprando demasiado, pide ayuda porque no tiene dinero para comprar más», añade el especialista.

Aunque los primeros estudios sobre este tema se remontan a principios de los 2000, el psicólogo apunta a que es una patología que se va agravando levemente con cada año que pasa. «Cada generación vive en una sociedad un poca más consumista que la anterior y eso sumado a que el acceso a las tarjetas y al dinero es cada vez más temprano hace que se desarrollen antes este tipo de problemas», comenta.

La búsqueda de la felicidad a través de las compras se convierte muchas veces en unos de los principales motivos detrás de la adicción. «Las compras aportan una felicidad que no es real, que es instantánea y el paciente acaba por sentirse arrepentido», explica Garcés.

Además, la llegada de las nuevas tecnologías dificulta aún más el autocontrol. «Con las compras por internet puedes estar consumiendo las 24 horas del día, ya no se basa en evitar los centros comerciales», añade.

En fechas señaladas como los días de rebajas, el propio Black Friday que acaba de celebrase o el Ciber Monday, todavía por delante, los consejos que el especialista da a los que sufren de esta patología se convierten el directrices válidas para toda la población. «Lo primero es llevar una contabilidad, apuntar todos los gastos y ser consciente de lo que se ha gastado», comenta el especialista quien además, apunta a que las tarjetas de crédito como un problema en la medida en la que dejamos de ser conscientes del dinero que tenemos disponible.

El segundo consejo pasa por no tomar decisiones en caliente y limitar al máximo la impulsividad. «Si es posible hay que evitar comprar en el momento porque entonces nos movemos por el deseo de compra, hay que ir a casa y ver si el deseo se mantiene o no», concluye Garcés.