El sábado siguiente al Black Friday es una copia exacta al viernes de rebajas. Las colas, el estrés por encontrar las mejores gangas y la locura por comprar, aunque en menor medida, siguen estando presentes. Casi parece que como en la película El día de la marmota, estás volviendo a vivir lo mismo que en el día anterior.

La única realidad que hace darse cuenta de que ha cambiado la fecha es que los productos más populares, probablemente aquellos que presentaran los precios más bajos, han desaparecido de perchas y estantes y los que se adentran en la odisea de las rebajas un día después de la oleada, aunque pueden presumir de que se ahorran las infinitas colas que se vieron durante el viernes, tienen que rebuscar entre los productos descartados por el resto para encontrar algún tesoro en promoción todavía por descubrir.

El paseo Independencia y todas sus calles aledañas aunque este sábado mostraban menos trasiego que el viernes, continuaban siendo una pasarela de bolsas de papel y plástico con los nombres de las principales marcas de moda y complementos estampadas en grandes letras de colores.

El gélido ambiente invernal, que parece haber llegado ya para quedarse en Zaragoza, ha convertido los centros comerciales en la opción perfecta para pasar la tarde de sábado. Gran Casa y Puerto Venecia han estado durante toda la jornada de sábado convertidos en un hervidero de gente.

Las razones que llevaron al público a retrasar al sábado su viaje a las rebajas han sido de lo más variadas. En el caso de Marina que con unas pocas bolsas se dirigía ya junto con su amigo Diego a casa a prepararse para la noche la razón fue «la falta de tiempo». «Tuve un día muy ocupado y no me dio tiempo, al final sabía que hoy tendría prácticamente los mismos descuentos osea que me daba igual un día que otro», comenta la joven entre risas. Para Marina visitar las tiendas el sábado le ha permitió tomarse las compras «con más calma y tranquilidad» y «evitar colas y agobios».

En otros casos fue el trabajo el que impidió la visita a los centros comerciales. Leyre es un ejemplo, «tuve guardia y no pude mirarme nada, voy a aprovechar esta tarde a ver si encuentro alguna de las cosas que tenía ya fichadas», comenta la joven que pasea por plaza España.

También existe un grupo de gente que, aunque ya disfrutó durante la jornada del viernes de los descuentos, no pudo evitar volver a pasarse por el centro de la ciudad en busca de algún último capricho. «Ayer compré online las cosas que quería y hoy que sabía que habría menos gente y menos colas pues aprovecho para darme un paseo y si puedo compararme algo más pues mejor», cuenta Claudia entre risas.

La apertura de las grandes superficies durante este domingo hace que las tiendas de Zaragoza todavía esperen un pequeño repunte en las ventas, convirtiendo lo que comenzó como una tradición de algunas horas en un fin de semana repleto de ofertas y promociones.